Fuente: http://site.informadorpublico.com/?p=5809
Sr. Director:
Mientras se aproxima el 30° aniversario del conflicto bélico entre Gran Bretaña y la Argentina sobre las Malvinas, resulta una brisa refrescante la presentación de un grupo de destacados intelectuales para instar al gobierno a cambiar la política sobre el tema.
Leemos hoy que el pueblo chileno de Aysen, disconformes con la política del gobierno trasandino, pide a la Argentina que los adopten. Esto sería hoy un ejemplo de “política-ficción”. Pero si este reclamo ocurriera en el archipiélago, estaríamos muy próximos a recuperar nuestras islas.
El eje de la solución no pasa por aislarlos y penalizarlos, sino por seducirlos. No se trata de vencer sino de convencer. Para ello, es importante que les demostremos con hechos que serán queridos y respetados, como tantas comunidades extranjeras que viven, trabajan y prosperan en la Argentina.
Todavía hará falta mucho tiempo para que se cicatricen las heridas de una guerra inútil que ocurrió hace tres décadas. Pero el sentido común señala que, para lograr ese objetivo, es mejor seducir que hostigar. Promover políticas de pacífica convivencia y facilitar las oportunidades de contacto. Si en el futuro los isleños perciben que vivir en un territorio gobernado por nuestro país, es más confiable y ventajoso que depender de una metrópoli a una distancia de 15.000 kilómetros, no pondrían objeciones al cambio de soberanía y volveríamos a ver flamear la celeste y blanca en esa patria todavía irredenta.
Luis E. Luchía-Puig
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