domingo, 21 de diciembre de 2014

El misterio del veterano británico, el soldado argentino, la bayoneta y el casco

Hay un dicho que asegura que el primer muerto en una guerra es la verdad. La aparición hace unos meses de un veterano británico del conflicto por Malvinas que quería devolver un casco que, según él, le quitó a un soldado argentino que mató con su bayoneta, revolucionó aguas en Londres y en Buenos Aires. Las coordenadas de ese ex combatiente llevaban a la familia de un joven en la provincia de Buenos Aires. Pero tras semanas de entrevistas de este diario tras las desmentidas de ex camaradas de ese veterano que combatió con la 2da Guardia Escocesa en Monte Tumbledown, sólo quedan dudas sobre lo ocurrido en aquella feroz batalla, librada a pocas horas de la rendición argentina ante Gran Bretaña, el 14 de junio de 1982.

Ni quienes desmienten a Gordon Hoggan, el veterano británico, ni quienes dan testimonio en la Argentina sobre Tumbledown, pudieron develar la historia del casco y la bayoneta.

Todo comenzó cuando Hoggan, escocés de nacimiento y quien padeció un fuerte trauma por la guerra de Malvinas -llegó a tener problemas por abuso de drogas y alcohol- apareció dando testimonio a la agencia de noticias France Presse. En realidad, ya desde 2012 venía hablando ante los medios británicos del casco que se llevó de Malvinas pero ahora con AFP apareció queriendo devolverlo. Hoggan señaló que había combatido con la Compañía G de los guardias escoceses, aquella noche del 13 y 14 de junio, en la que hubo tres ataques británicos sobre Tumbledown. El último duró horas, y fue contra apenas 40 argentinos de la 4ta sección de la Compañía Nácar del Batallón de Infantería de Marina 5. Fue un grupo de marines completado con personal de ejército, que la historia oficial argentina diluyó en generalidades en la actuación sumamente preparada que mostró el BIM5 en Malvinas.

Tras semanas de consultas, la investigadora Alicia Panero, autora de Mujeres Invisibles (las que estuvieron en la guerra de Malvinas), e información de ex combatientes del BIM 5, el testimonio de Hoggan llevaba a José Luis Galarza, un joven dragoneante, que se ofreció de voluntario para la guerra de Malvinas cuando hacía el servicio en Río Grande, Tierra del Fuego.

Por los testimonios dados en público de quien fuera jefe de la 4ta sección de la Compañía Nácar, el ex capitán de navío Carlos Daniel Vázquez, Galarza murió de un ballonetazo en el pecho aquella madrugada del 14 de de junio.

En base a esas coordenadas, Clarín entrevistó a Miguel Galarza, padre de José Luis, quien dijo que si ese era el casco de su hijo lo quería. Pocos días después, cuando esta historia comenzó a dar vueltas por el mundo, el diario The Mail on Sunday publicaba un artículo con fuentes no identificadas que acusaban a Hoggan de fabricar la historia de la bayoneta y el casco. Las desmentidas -nunca desde el gobierno británico- sostenían que Hoggan no podía haber bayoneteado a ningún argentino porque la compañía G de los Guardias Escoceses a la que perteneció no se cruzó con argentinos por la zona que entró a Tumbledown.

La misma versión sostiene Mike Seear en su libro Retorno a Tumbledown, donde en numerosos emails dan cuenta de que Hoggan y Galarza nunca pudieron encontrarse. Seear escribió varios emails a este diario advirtiendo que se hacía mucho daño a la historia pero nunca explicó al mismo tiempo por qué mentiría Hoggan, quien brindó testimonio de esa batalla para su libro. Para las fuentes del Mail on Sunday como indica la historia oficial fue el Left Flank el que combatió con los últimos hombres en Tumbledown, en una de las más feroces batallas de Malvinas, y en las que los británicos usaron misiles, artillería pesada, ballonetas y se dice, también granadas con fosfato.

En las varias llamadas telefónicas que le hizo Clarín a su casa en el norte de Inglaterra, Hoggan siempre sostuvo que decía la verdad, y que había matado a un argentino de un ballonetazo en el cuello.

En Argentina, hay versiones también encontradas sobre la muerte del propio Galarza. En la Armada informaron a este diario que murió de tiros. Esa versión es la que proviene de quien fuera comandante del BIM 5 en la guerra de Malvina, el fallecido ex contralmirante Carlos Robacio, quien mantuvo una fuerte puja con Vázquez, cuya sección de unos 40 hombres fue prácticamente borrada de la versión oficial, aunque fue la que combatió hasta el final. Incluso dentro de ese viejo grupo hay quienes opinan que los veteranos y ex combatientes de la 4ta sección de la Nácar debería haber recibido medallas por el valor en combate.

También lo piensa Pablo Rodriguez, un ex combatiente de ese grupo de Vázquez. Rodríguez aseguró a Clarín que Galarza murió de un bayonetazo pero que no pudo ser Hoggan quien lo mató porque a "ese inglés lo abatimos en una lluvia de tiros".

Por su parte, Panero consiguió estos testimonios de otros integrantes del mismo grupo. Carlos Alfredo Villa dijo: "Dudas respecto de como murió Galarza no hay. Respecto del inglés, no lo sé. Estuve en Tumbledown como parte de la Sección 4 Nácar del BIM5, no vi la herida de Galarza, pero estaba lleno de sangre, sobre todo en el pecho. Vazquez tiene que saber bien donde fue la herida. El juntó los muertos". En sus testimonios, Vázquez, que se quejó incluso de no haber recibido refuerzos en esas últimas horas del 14 de junio afirmó que le dieron bayonetazos en el pecho.

Hoggan afirmó que mató a un infante de Marina pero Rodríguez dice que los otros bayoneteados deben haber sido de ejército.

Néstor Anton, estudioso e investigador que trata de reconstruir la Batalla de Tumbledown, respondió a Panero que "Hoggan relata una acción dinámica y a oscuras, y habla del cuello, Vázquez, quien vio el cadáver a plena luz del dia, una vez finalizado el combate habla de pecho".

En Tumbledown se afirma que murieron 20 argentinos y 9 británicos. Pero se han dicho muchas cosas. Desde el Reino Unido que bajaron 30 enemigos. Desde Argentina que mataron a más de 300 "ingleses" cuando el total de muertos británicos fue de 255.

Diálogo

Malvinas: Alicia Castro pidió a Londres abrir el diálogo

Retomando palabras de Cristina en un acto, comparó la situación bilateral con la de Cuba y Estados Unidos.

Reclamo. El jueves en un acto, Cristina pidió a Londres “que se siente a dialogar” por Malvinas. Castro apoyó.

Reclamo. El jueves en un acto, Cristina pidió a Londres “que se siente a dialogar” por Malvinas. Castro apoyó.

Alicia Castro llamó ayer a Londres a reanudar el diálogo por la soberanía de las Islas Malvinas, tras denunciar que el Reino Unido “sobreactúa” ciertos gestos, como anticipar que colocará una estatua de Margaret Thatcher en el archipiélago, porque quedó “aislado del mundo”.

Castro consideró “muy oportuna y atinada” la exhortación de la presidenta Cristina Fernández para que Gran Bretaña siga el ejemplo de Cuba y Estados Unidos, que anunciaron el restablecimiento de sus relaciones luego de 53 años, y estimó que la misma apertura del diálogo “debiera pasar entre Argentina y el Reino Unido”.

“Soy optimista, creo que algún día Argentina va a ejercer la soberanía sobre las islas Malvinas y puedo afirmar que ese día los habitantes (del archipiélago) van a tener una vida mejor”, destacó la ex azafata.

Y fue más allá con esa proyección: indicó que cuando Argentina retome el control de las islas, sus habitantes “van a poder elegir a sus autoridades en democracia, y no como hoy en día que les mandan desde Londres un gobernador como en la época imperial”.

En declaraciones radiales, Castro evaluó que hoy el Reino Unido “está aislado del mundo porque toda la comunidad internacional, a través de las Naciones Unidas, hace un reclamo que reiteran todos los años, desde hace casi 50, acerca de la necesidad de reabrir diálogo y negociaciones sobre la soberanía con la cuestión Malvinas”. Pero como en Gran Bretaña no lo hacen y “tienen esa posición aislada, están sobreactuando” ciertos ademanes, como informar que “van a poner una estatua de Margaret Thatcher en nuestras Islas Malvinas”.

Castro incluyó en esta “sobreactuación” el anuncio de Gran Bretaña de que “van a otorgar a fin de año una medalla de honor a los habitantes de las Islas Malvinas, en general, por la resistencia que tienen justamente contra la República Argentina”.

Castro, que hace pocos días mantuvo una audiencia privada con el papa Francisco, recordó que “en sus homilías como arzobispo, (Jorge) Bergoglio fue claro en su posición sobre Malvinas (al considerar) que se trata de una usurpación”.

“Y en el caso Malvinas hoy, el Papa reivindica el diálogo entre Argentina y el Reino Unido, como reivindica el diálogo entre todas la naciones”, remarcó.

Anteayer, en un acto, Cristina había dicho que hacía “votos” para que Gran Bretaña “se de cuenta y se siente también a dialogar, como lo hizo Estados Unidos con Cuba”. “Espero que un rayo de sol, de inteligencia, no un rayo eléctrico, un rayo del espíritu santo, de Dios, ilumine el corazón de la dirigencia (británica) porque no quiero confundir ni a los jóvenes, intelectuales o trabajadores ingleses porque si los yanquis tardaron 53 años en darle la razón a los cubanos, quién les dice”, señaló la mandataria.

El gobierno británico, a través de un vocero del embajador ante las Naciones Unidas, Mark Lyall Grant, calificó de “obsoleta e incompatible” la actuación del Comité de Descolonización con relación a las Malvinas tras el pedido de la Argentina.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

2015

Muchas Felicidades!!!

Feliz 2015

martes, 9 de diciembre de 2014

Británicos y alemanes conmemoraron la "Batalla de Malvinas"

A CIEN AÑOS DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL.

El 8 de diciembre de 1914 se enfrentaron frente a las islas las flotas de estos dos imperios antes enemigos. Hoy fue feriado en el archipiélago y hubo desfiles.

Las banderas de dos ex enemigos./GOBIERNO DE LAS ISLAS

Las banderas de dos ex enemigos./GOBIERNO DE LAS ISLAS

Las banderas de Alemania y Gran Bretaña flamearon hoy juntas en las Malvinas para conmemorar los cien años de la llamada "Batalla de las Falklands/Malvinas", en la que se enfrentaron las flotas navales de estos dos viejos enemigos. Fue en los inicios de la Primera Guerra Mundial.

Hoy, como todos los años, fue feriado en el archipiélago. Pero el pueblo se volcó a la Bahía de la capital, donde hubo un servicio religioso y un desfile militar frente al monumento levantado en 1926/1927. Aviones de la Fuerza Aérea Real sobrevolaron este territorio de ultramar reclamado por Argentina desde la ocupación de 1833 y buques de la Armada del Reino Unido estuvieron apostados frente a las costas de Stanley.

La construcción del monumento tiene una curiosa historia porque implicó una larga y acolarada polémica entre el gobierno colonial, los lugareños que pedían que los materiales fueran locales y la entonces todopoderosa Falkland Island Company.

Hoy, según informó el gobierno kelper, familiares de los comandantes de Gran Bretaña como Alemania descubrieron un nuevo memorial de piedra levantado al lado del viejo monumento, en memoria de la Batalla de las Malvinas como de la de Coronel. Los isleños volcaron sus fotos a las redes sociales.

El 8 de diciembre de 1914 Gran Bretaña le asestó un golpe mortal a los alemanes con el hundimiento de dos cruceros acorazados, y dos cruceros ligeros. El imperio alemán perdió 1.870 hombres, entre ellos el vicealmirante Maximiliam Von Spee, y sus dos hijos. A Von Spee lo homenajearon poniendo su nombre en un poderoso acorazado alemán que se hundiría en las costas del Río de la Plata, frente a Montevideo, pero ya en la Segunda Guerra Mundial.

La batalla del 8 de diciembre de 1914 había comenzado cerca de las 9 de la mañana, en un día que los libros recuerdan radiante y con máxima visibilidad. Con ese victoria el imperio británico vengó su estrepitosa derrota del 1 de noviembre, frente a las costas de Chile en la llamada Batalla de Coronel. Gran Bretaña sufrió 1570 bajas y perdió dos buques de guerra a manos de la flota imperial alemana que guiaba Von Spee. Fue la primera derrota de la poderosa armada británica en más de un siglo.

Gran Bretaña obstaculizaría la compra de aviones suecos

El embargo militar británico por la guerra de Malvinas.Se opodría porque el 30 por ciento de esos aviones son británicos

Con la firma de un memorandum denominado Alianza Estratégica, los ministros Agustín Rossi y Celso Amorim, de Brasil, abrieron en octubre pasado un nuevo camino entre los varios intentos del Gobierno para sumar aviones a la pauperizada flota aérea militar argentina. En ese memorandum se creó el marco legal para que Defensa negocie la compra de hasta 24 cazas Saab Jas 39 Gripen NG, cuando estos sean producidos en Brasil.Pasaron sólo semanas de esta operación valuada en torno a 2.900 millones de dólares, para que influyentes sitios militares comenzaran a difundir los mensajes del mundo político en Londres. Por ejemplo, Defensenews. com, y C4isrnet.com afirmaron que de avanzar la compra argentina a través de los Saab suecos, el Reino Unido buscaría imponer un derecho a bloquear la venta de esta flota ya que un 30 por ciento de los nuevos Gripen está hecho con componentes suministrados por la industria británica. De acuerdo al sitio C4isrnet.com tanto los radares electrónicos, los frenos de tierra, el sistema de ejecución, los sistemas electrónicos y otros subsistemas entrarían en el bloqueo militar que Gran Bretaña impuso a sus exportaciones militares a la Argentina en 2012, cuando la tensión por el conflicto de Malvinas aumentó en el marco de los 30 años de la guerra. Esa prohibición sigue existiendo y afectaría la compra de los Gripen. Esta en realidad sería una adquisición directa del ministerio Defensa de Brasil. La empresa Saab nunca informó oficialmente movimiento alguno aunque los ministerios de Defensa de Brasil y Argentina anunciaron la firma del memorandum. En la operación sí aparecería Embraer, socio principal de Saab en Brasil.El memo es uno más de los amagues argentinos para adquirir aviones en el último tiempo. Pero estos terminaron limitados por falta de presupuesto. Por ejemplo, la compra de unos viejos Mirage a España y de unos aviones de combate Kfir a Israel. La alianza estratégica con Brasil es, sin embargo, el paso más visible que se ha dado desde aquí, y que de abortarlo el Reino Unido -dice Defensenews- llevaría a la Argentina a redireccionar sus búsquedas en la aviación china y la rusa, lo que parece en realidad nada cercano. Con todo, aunque no lo dice oficialmente, desde 1982 el Reino Unido buscó siempre evitar que la Argentina adquiera aviones con sistema electrónico y de armas modernos. Basta recordar que durante el gobierno de Carlos Menem, Londres le pidió formalmente a los Estados Unidos que los A4AR que entonces le vendió a la Argentina fueran carente de aviónica y de sistema de armamentos

lunes, 8 de diciembre de 2014

Polo Sur

Hace 50 años llegaron al Polo Sur y se juntaron para festejarlo

Los primeros argentinos en lograr la hazaña.Desafiaron los vientos helados en un recorrido épico de 45 días. Ahora tienen más de 80 años y los recuerdos intactos.

Como ayer. Cuatro de los exploradores de la Operación 90 llegaron a Rosario. Hoy los distinguen en el Monumento a la Bandera. (J.J. García)

Como ayer. Cuatro de los exploradores de la Operación 90 llegaron a Rosario. Hoy los distinguen en el Monumento a la Bandera. (J.J. García)

El hombre todavía no había pisado la Luna y la guerra de Vietnam llegaba a su punto más tirante cuando un grupo de argentinos decidió poner en marcha la primera expedición del país al Polo Sur. Durante 45 días recorrieron unos 2.900 kilómetros, superando fisuras en el hielo, vientos blancos de 100 kilómetros y jornadas interminables de 38 horas. Hoy se cumplen 50 años del día de inicio de aquella hazaña y sus protagonistas serán distinguidos en el Monumento a la Bandera, en Rosario.

La temeraria Operación 90 (por los 90 grados sur de latitud que tiene el Polo) fue comandada por el coronel de caballería Jorge Edgar Leal, que ahora tiene 93 años y vive en Salta. Leal ya había fundado la Base Antártica Esperanza.

La travesía empezó el 6 de diciembre de 1964, cuando 10 voluntarios del Ejército, con 6 tractores oruga Snowcat y 16 trineos de arrastre, partieron desde el Palomar a la base Belgrano. Uno de los retos era lograr que los vehículos no sucumbieran a las bajas temperaturas. “Habíamos ensayado una aproximación en el año 57, pero los tractores se quedaron sin respuesta. Así que viajé a los Estados Unidos y Canadá para seleccionar el remolque adecuado y personalmente los fui adaptando a las características del terreno”, recuerda a Clarín el por entonces suboficial principal mecánico Ricardo Ceppi, que ahora tiene 83 años.

Ya estaba todo listo. Los preparativos incluyeron el patrullaje de la zona, la distribución de los alimentos en los trineos, pero cayeron bajo el manto de la noche polar y debieron postergar la partida hasta el 26 de octubre del 65.

“Además de los pasos que nos separaban de la base norteamericana Amundsen-Scott, había que subir hasta unos 3 mil metros de altitud sobre el nivel del mar. Para soportar el frío nos poníamos varias capas de abrigo y para orientarnos en la nieve, no teníamos cartas ni GPS, todo se hacía en forma artesanal” recuerda Florencio Pérez (82).

Dos trineos se desplomaron en una grieta y varios Snowcat fueron dejados en el trayecto como depósito de combustible y guía para hallar el camino de vuelta. “Al superar los 1.900 metros de altura desapareció la nieve y se abrió un paisaje de hielo. Ibamos a 3 km. por hora. Los primeros en desmembrarse fueron los trineos y tuvimos que distribuir el peso de los equipos entre los que estaban sanos”, rememora Pérez.

Como en una tragedia cinematográfica, la última etapa fue la más angustiante. La temperatura cayó hasta los 50° bajo cero y los vehículos fueron enlazados con sogas de nylon. Para completar una jornada de 50 kilómetros se demoraba 38 horas. Con las manos entumecidas y el ánimo chamuscado por el frío, el 10 de diciembre plantaron una enseña patria en el vértice sur del continente. Noruegos, ingleses y otros pocos expedicionarios lo habían logrado antes. “No era un capricho atlético, sino un requisito para reclamar soberanía sobre nuestro territorio. En los estrados internacionales nos decían que no podíamos reivindicar el suelo que nunca habíamos pisado” concluye Ceppi. Cinco días después pegaron la vuelta. El viaje de regreso fue mucho más simple. Tardaron 21 días. “Veníamos en bajada, no teníamos tanto peso y habíamos marcado el sendero”, remarca Pérez. Ya en Buenos Aires fueron héroes: los recibieron miles de personas.

jueves, 4 de diciembre de 2014

Con Brasil y Uruguay, por Malvinas

Tribuna.Andrés Cisneros

Especialmente a partir de 1983, los países vecinos no son un peligro para la causa argentina en Malvinas. Antes bien, en reiteradas oportunidades, el conjunto de América latina ha expresado su apoyo a nuestros derechos y tomado medidas que favorecen a los intereses argentinos. Sin excepciones. En el caso puntual de los ejercicios navales de la Marina brasileña y la Royal Navy británica, de ninguna manera comprometen la impecable conducta que históricamente ha mantenido nuestro vecino en el tema. Ante todo, esas maniobras se hacen como práctica defensiva de sus yacimientos petrolíferos presal, en la costa brasileña, por lo que nadie puede imaginarlas vinculadas de ninguna manera a Malvinas. Por otra parte, es razonable esperar de nuestros vecinos un alineamiento a favor de Argentina en ese conflicto, pero ello no supone, necesariamente, que se enemisten con Gran Bretaña.

Todo lo contrario, cuantos más lazos económicos, comerciales y de todo tipo establezcan ellos con Londres –al igual que nosotros- con más elementos se contaría para un acercamiento de las partes en dirección a una solución acordada. El tema de Malvinas no se va a resolver contra los ingleses sino con los ingleses. Brasil es el país de la región con más peso en el mundo y resulta lógico que el Reino Unido trate de estrechar lazos con ellos, quienes, por otra parte, tienen una larga tradición diplomática que les impediría cooperar en cualquier maniobra que perjudique a la Argentina. Lo tenemos claro, porque a nosotros nos pasaría lo mismo.

Más aún,  el conflicto por las islas puede agravarse en pocos años cuando llegue el momento de discutir la soberanía sobre la Antártida, también disputada con Gran Bretaña. Si tal problema estalla, no debemos llegar tan solos, como siempre hemos estado en Malvinas. Brasil es un país con vocación y posibilidades de potencia mundial y, en tal condición, seguramente  vería con gran preocupación un megaconflicto en el Atlántico Sur, cuya parte superior baña sus costas y corresponde a su zona de influencia. Las reglas de la Historia son inexorables y, a su debido tiempo, Inglaterra deberá sentarse a discutir recursos y soberanía en el polo y en el Atlántico Sur con quienes tenemos legítimos derechos a que esa zona no permanezca vacante para siempre. Un frente atlántico de intereses con Brasil y Uruguay –más Chile desde el Pacífico, con quien también disputa Gran Bretaña-  nos facilitaría incluir a Malvinas y, paradójicamente, permitiría a los gobernantes británicos explicar a su opinión pública que, en tal caso, el interés de la Corona pasaría por aceptar que se sume a las islas a esa enorme negociación, paso bilateralmente  improbable después de la guerra de 1982. En tal perspectiva, el papel de Brasil, con su peso en el mundo y en la región, cobraría la mayor de las importancias.

Andrés Cisneros, EX VICECANCILLER

Kelpers

Los kelpers evalúan la prohibición de banderas argentinas

No quieren que se desplieguen en las islas. En un petitorio dicen que puede ser tomado como “una provocación”.

Los kelpers evalúan la prohibición de banderas argentinas en Malvinas

Los kelpers evalúan la prohibición de banderas argentinas en Malvinas

Presionada por un petitorio comunitario colgado en los espacios públicos de la capital de Malvinas, la Asamblea Legislativa de las islas analiza si prohibir o no el despliegue de banderas argentinas en las islas, a lo que se suma al de pancartas y pintadas de grafitis con la leyenda: “Malvinas Argentinas”. Lo suelen hacer ex combatientes de la guerra de 1982, que luego suben sus fotos a las redes sociales.

La situación es muy delicada, porque el petitorio, elaborado por la isleña Kris Thorsen advierte que “tarde o temprano” los residentes de las Islas Falkland se van a sentir “provocados por esta bandera flameando y van a tomar las leyes en sus propias manos”. Agrega que “sin dudas”, ésto va a causar “al menos la reacción de la Policía Real de las Islas Falkland”, a la que hacen responsable del cumplimiento de “la ley” para evitar “esta angustia”. Thorsen no quiso hacer comentarios ante Clarín sobre el petitorio difundido por el Penguin News”. Y además, cortó la comunicación. Su petitorio, que ya está en manos del gobierno local, señala que el comportamiento de los argentinos que despliegan banderas es “alarmante, perturbador y angustiante”.

Los peticionantes consultan al pueblo además si ven que el Gobierno está siendo o no proactivo contra este “comportamiento provocador”. Se quejan de que la Policía no tome acciones y reclama una legislación “apropiada”.

En una cautelosa respuesta a este diario, sobre en qué legislación cabría prohibir el despliegue de banderas, que a su vez es un acto de libre expresión, el consejero Barry Elsby, presidente de la Asamblea respondió: “La Asamblea Legislativa apoya el derecho del pueblo de las Islas Falkland a expresar sus opiniones”. También manifestó que el cuerpo legislativo se solidarizaba con “la angustia que pueda haber causado que algunos visitantes flameen banderas argentinas y tomen acciones para reclamar la soberanía argentina sobre nuestro hogar”. Y agregó: “Los eventos de 1982 cuando Argentina invadió nuestro hogar no se olvidaron”.

Pero al mismo tiempo, el consejero Gavin Short, quien aclaró que “no todos” los argentinos gustan de desplegar banderas, aseguró que el sentimiento de enojo en las islas es muy “alto”, y que la gente “está “harta” de estos hechos. Y advirtió de que en cualquier momento podría haber “un incidente”. Short contó que fue él quien presentó un proyecto de enmienda al proyecto sobre Leyes Criminales de las islas para prohibir el flameo de banderas y de pancartas. El consejero señaló que fue apoyado por Elsby pero no por el resto de los seis legisladores del cuerpo legislativo, los que sostuvieron que las leyes existentes eran suficientes. Por cierto, cuando los gobiernos de Argentina y Gran Bretaña negociaron el diseño del monumento a los caídos en la guerra que el presidente de Corporación América, Eduardo Eurnekián, levantó hacia 2004 en el cementerio argentino de Darwin, los kelpers lograron que se prohibiera cualquier alusión o insignia nacional. No están permitidas.

Otro tema al que también están atentos en las islas y aquí porque divide opiniones de los grupos de ex combatientes es la creciente desaparición de objetos que los argentinos dejaron en los campos de batalla en 1982. Numerosos veteranos que viajan al archipiélago se los llevan. Sacarlos está prohibido, pero burlan la Aduana. “Respetamos la decisión de muchos ex combatientes de no llevarse objetos de los campos de batalla. Solo aceptamos en custodia los objetos de los ex combatientes que son prestados y que les pertenecían”, dijo el vicedirector del Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur, Mario Volpe, consultado por este diario, al saberse que varias agrupaciones quieren exponer esos objetos en la institución inaugurada por la presidente Cristina Kirchner este año.

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