Malvinas: Londres espera obtener petróleo por U$S 176 mil millones
Lunes, 13 de Febrero de 2012 00:00
La Edison Investment Research entregará esta semana un informe al gobierno de David Cameron. Allí indica que los ingresos de las islas, en la actualidad de unos U$S 39 millones, podrían multiplicarse en forma exponencial.
Con la caída de los precios internacionales de la lana a partir de 1974, el PBI de la colonia británica en las Islas Malvinas inició una indeclinable retracción del orden del 25% en apenas un puñado de años. Entonces, la pobreza se hizo cada vez más evidente. De profundizarse, especulaban en Londres, las islas terminarían por caer indefectiblemente en manos argentinas. Presionada por el lobby kelper, la magna metrópoli decidió entrar en acción. Luego de sendas misiones y estudios científicos entre 1975 y 1976, una urgente diversificación y modernización económica se puso en juego. De la lana se propuso pasar a la pesca. Y así fue. A partir de 1987, la pesca comenzó a reportar a fines de ese año cerca de 12 millones de libras (antes reportaba cero ingresos). Sólo en la primera temporada se entregaron más de 200 licencias individuales para la explotación pesquera.
Una década más tarde, la pesca participó con un 50% del ingreso de la colonia, cuyo total se ubicó en 40 millones de libras. En adelante, el ingreso anual se mantendría más o menos en estos valores. Pero el plan de modernización no culminaba con los moluscos y camarones. Los próximos recursos a ser explotados habrían de ser los hidrocarburos, los cuales se presumían en volúmenes más que interesantes. ¿De dónde fue que surgieron tales presunciones? Justamente de las misiones antes referidas, de las cuales destacó la de los diputados laboristas Phipps y Gilmour (noviembre de 1975). En suma, la pesca necesitaba ser complementada (y en un futuro cercano remplazada) por el petróleo y el gas natural.
Desde 1995 en adelante, y fundamentalmente desde 2007, todos los esfuerzos se concentraron en la búsqueda de crudo en cantidades comercialmente viables. Las perforaciones de la Shell a fines de los ’90, si bien no lograron el ansiado objetivo, resultaron claves para que casi diez años después, Rockhopper Exploration diera en el blanco en el prospecto Sea Lion (SL). Hoy por hoy, con un mínimo de 700 millones de barriles de petróleo técnicamente extraíbles sólo en un área al norte de las islas (910 millones de barriles si hemos de sumar sus zonas aledañas, esto es, un 36,4 y un 32,5% de las reservas comprobadas de la Argentina y el Reino Unido respectivamente), la gran fase de modernización económica de la colonia está por alcanzar el último y estratégico envión. ¿Valió la pena la aventura británica de resolver la disputa de la soberanía recurriendo al uso de la fuerza en 1982? ¿Vale la pena la nueva provocación belicista? ¿Se justifican las multimillonarias inversiones en materia de exploración (un millón de dólares diarios cuesta el alquiler de la nueva plataforma semi sumergible)? Todo indicaría que sí. Y acá la prueba.
Según informó días atrás una de las compañías europeas líderes en investigaciones de mercado e inversiones, la Edison Investment Research (EIR), de unos 39 millones de dólares de ingreso anual que registra el gobierno ilegítimo en Malvinas (23 millones corresponden a la pesca), en los subsiguientes años se podría rozar los 176 mil millones. Semejante incremento está sustentado en un análisis de la división petróleo y gas de la EIR, divulgado ayer por la edición dominical de The Telegraph. El cálculo obedece a los ingresos por exploración aunque sólo en caso de confirmarse las predicciones petroleras de la campaña para este 2012, campaña concentrada en las licencias al este y sureste de las islas. El informe de la EIR –que será entregado al gobierno colonialista del Reino Unido esta semana– señala que los 176 mil millones de dólares habrán de alcanzarse únicamente si los cuatro prospectos previstos para el corriente año terminan siendo perforados. De ellos, el denominado Loligo, contendría un potencial de 4700 millones de barriles recuperables (prácticamente el doble de las reservas probadas de la Argentina a fines de 2010). Asimismo, los expertos de la EIR comparan dicho volumen con el último gran hallazgo petrolero ocurrido en el Mar del Norte en los últimos once años: el prospecto Catcher, con apenas 300 millones de barriles. Ahora bien, ¿cuál es la compañía dueña de Loligo? La kelper Falkland Oil and Gas (FOGL), subsidiaria de The Falklands Islands Company (FIC), un consorcio empresarial isleño fundado en 1852, con un 14% del paquete accionario de la Falkland Gold and Minerals Limited (minera kelper) y un 18,3% de la FOGL. Esta última, que en su portal oficial nos explica que su objetivo supremo pasa por “un agresivo programa exploratorio que conduciría a la creación de una nueva provincia petrolera en el Atlántico Sur”, es entonces la dueña de Loligo. Y no sólo es dueña de este prometedor prospecto, sino de un total de diez licencias al sur y sureste de las Malvinas, equivalente a unos 300 bloques petroleros en el Mar del Norte.
En conclusión, el informe de la EIR y su vinculación con la FIC a través de su subsidiaria petrolera FOGL, no sólo desnuda la importancia hidrocarburífera de una de las porciones insulares de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, sino que además confirma indirectamente el papel que la FIC jugó en la escalada belicista británica en 1982 y su saboteo a una salida pacífica luego del 2 de abril, tal como Eric Hobsbawm oportunamente denunció en enero de 1983 en la revista Marxism Today bajo el título de “La Secuela de las Falklands”. Nunca más oportuno y más vivo el memorando de 1936 del Foreign Office, que incluyó un mea culpa relativo a la negativa británica de devolver las Islas Malvinas a su dueño legítimo. Va textual: “No es fácil explicar nuestra posición sin ponernos nosotros mismos en bandidos internacionales”. <
La Argentina nunca propuso un bloqueo
El canciller chileno, Alfredo Moreno, aseguró ayer que la Argentina “nunca ha propuesto un bloqueo económico” a las Islas Malvinas, ni ha cuestionado los vuelos de la aerolínea Lan entre Chile y el archipiélago cuya soberanía disputan Buenos Aires y Londres.
“El gobierno argentino nunca ha propuesto –ni a nosotros ni a otros países– un bloqueo económico, algo que afecte a la comunidad de las Malvinas. Lo mismo con los vuelos”, dijo Moreno en una entrevista publicada ayer por el diario trasandino El Mercurio.
Chile reiteró en diversas ocasiones su apoyo a la reivindicación por parte de la Argentina de la soberanía de las Islas Malvinas. En una última señal de ese respaldo, Chile suscribió en diciembre una declaración del Mercosur, bloque al que está asociado, para no permitir el ingreso a sus puertos de naves con bandera de las Malvinas, lo que generó la preocupación de Gran Bretaña.
En las últimas semanas, varios medios de prensa afirmaron que en las agendas de los presidentes de Chile y la Argentina se encontraba el tema de la continuidad de los vuelos de Lan entre Punta Arenas y las Malvinas, con dos escalas mensuales en la localidad argentina de Río Gallegos.
“Es una postura sensata”
El obispo de Gualeguaychú respaldó ayer la postura del jefe de la Conferencia Episcopal Argentina, José María Arancedo, quien el viernes pasado había asegurado que era “correcto tanto el justo reclamo de soberanía como el camino diplomático elegido”.
Al respecto, el obispo Lozano señaló que la postura de la Casa Rosada era de “una palabra sensata, serena que busca ubicar la cuestión en el ámbito que corresponde, el de la diplomacia y la búsqueda del diálogo”.
De esta manera, Lozano echó por tierra la interpretación que realizara en su edición de ayer el diario Clarín acerca de las palabras de Arancedo.
Asimismo, en una entrevista radial destacó la decisión de “acudir a organismos internacionales cuando no hay posibilidades de diálogo directo”, en alusión a la presentación que realizó la Argentina ante la ONU.
En la misma línea se pronunció el titular de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez quien señaló que “la presidenta inició acciones diplomáticas ante las Naciones Unidas para la desmilitarización del Atlántico Sur con la presencia de todos los sectores políticos, económicos, sociales y partidos que componen el arco político argentino, marcando claramente que no se trata de una estrategia de utilización política de la causa Malvinas, sino de un reclamo genuino de toda la sociedad”.
El obispo Lozano remarcó que “también es bueno lo que el gobierno nacional ha hecho en su queja por la creciente militarización de la zona” y señaló que esa actitud “pone luz desde esta perspectiva teniendo en cuenta también pareceres de las comunidades religiosas”.
La de Malvinas, dijo, “es una cuestión de la sociedad en su conjunto”. “No queremos atravesar situaciones bélicas, sabemos que los conflictos hay que solucionarlos por las vías del diálogo”, destacó el prelado. Lozano cuestionó además a la dictadura en el inicio de la guerra al condenar que “la instrumentación que se hizo en aquel tiempo del conflicto poco tenía que ver con las verdaderas intenciones de la Nación”
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