POR THE TELEGRAPHETIQUETAS
LONDRES - 01/02/12 - Clarin
El bombardero Typhoon de la Real Fuerza Aérea tronó en el cielo azul del verano austral en su despegue casi vertical de la base de Mount Pleasant y luego aceleró rumbo a la Bahía Stanley, en el este. Y un helicóptero Lynx partió del portaaviones Montrose para sobrevolar las aguas de la capital más austral del mundo. Fue todo un despliegue para los pasajeros del crucero que desembarcaron para ver los pingüinos de las Falklands (Malvinas). Y una lección para los argentinos presentes acerca del compromiso militar británico en el archipiélago, y la panoplia que lo respalda.
“Es un recordatorio para los argentinos de que aquí se puede disuadir cualquier invasión”, admite Roger Spink, presidente de la Cámara de Comercio de las islas. A los isleños les encanta verlos volar sobre sus cabezas. Lo llamamos ´el sonido de la libertad´”. De hecho, el brigadier Bill Aldridge, comandante de la guarnición británica, apunta que este es el único lugar del mundo donde los locales se quejan si los aviones no truenan en sus vuelos rasantes.
Pronto habrá un agregado notorio a sus fijas, el teniente de vuelo William Mountbatten-Windsor, Duque de Cambridge, quien llegará en febrero para una gira de seis semana al mando de los helicópteros Sea King. Se trata de un puesto rotativo, sin funciones de ceremonia. Pero su llegada, mientras la presidenta argentina Cristina Kirchner agita los reclamos de soberanía al cumplirse 30 años del conflicto, será saludada con salvas de munición verbal desde Buenos Aires. Y otra visita ya enfurece a su gobierno: la plataforma petrolera de exploración submarina Leif Eriksson llegó al archipiélago la semana pasada
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