jueves, 7 de febrero de 2013

Vociferar no significa recuperar

POR RICARDO KIRSCHBAUM

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06/02/13-Clarin

Para el Reino Unido, los habitantes de las Malvinas son británicos. Para la Argentina, todos los nacidos en territorio nacional son argentinos. La Constitución de 1994 establece en una de sus clausulas transitorias que las islas son parte territorial de la Nación.

Unos desean seguir perteneciendo a Gran Bretaña y reafirmarán, seguramente, esa voluntad en el referéndum que ha sido convocado por el Consejo de las islas para los primeros días de marzo.

Los argentinos insisten en que se respetarán los intereses de los pobladores de las islas pero la opinión de los pobladores no pueden ser esgrimidos como el argumento principal para discutir la cuestión de la soberanía, centro de la disputa argentino-británica.

La guerra de 1982 modificó de manera radical el status de las Malvinas. Cuentan con una poderosa base militar y han experimentado una mejoría económica espectacular con las regalías de pesca, primero, y con las incipientes explotaciones petroleras.

El camino hacia la autodeterminación, que es la estrategia británica y la de los isleños, es imposible de imaginar sin los aspectos económicos, políticos y militares que emergieron tras la derrota militar argentina en Malvinas.

Margaret Thatcher proclamó después de la victoria que “the wishes of the falkland islanders are paramount (los deseos de los isleños son supremos)”. Gran Bretaña insiste en que si la Argentina quiere hablar sobre las Malvinas, los isleños deben estar sentados en la mesa. La diplomacia argentina reitera que no pueden participar porque son una“población trasplantada” en un territorio usurpado.

Pareciera como si los británicos pusieran esa condición para bloquearel diálogo sobre Malvinas (algo que han hecho muchas veces) y los argentinos usaran la presencia de los isleños como el argumento parano hablar con los británicos.

Pero, ¿no son británicos los kelpers? Si lo son, tal como lo establecen las leyes de nacionalidad británica de 1983 y de 2002, no son una tercera pata de la negociación.

Pero, ¿los isleños nacidos en Malvinas no son argentinos tal como lo establece la Constitución? Y el Gobierno ¿cómo explica que no puede hablar con argentinos?

La cuestión no es solo un galimatías jurídico sobre el status de los isleños. Se trata de algo más básico que es la condición colonial del enclave británico en el Atlántico Sur. Y el estrecho desfiladero que hay que atravesar para buscar una negociación.

La diplomacia vociferante apunta al frente interno y no ayuda en nada. Lo mismo ocurre con los pronósticos sobre cuántos años pasarán para que Argentina recupere ese territorio; es aventurado.

En marzo, los pobladores de las islas darán otro paso hacia la autodeterminación. Y eso sí es para tomar en serio, como el cancillerreclamó que lo traten a él.

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