POR SILVIA NAISHTAT-Clarin
El británico le habló del plebiscito en las islas y ella le ofreció un texto con las resoluciones de la ONU. Pero Cameron se negó a aceptarlo.
Contacto I. El primer ministro británico se acercó a la Presidenta en un aparte de la cumbre del Grupo de los 20
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LOS CABOS. ENVIADA ESPECIAL - 20/06/12-Clarin
Sus primeras palabras fueron: “Quiero felicitarla por su apoyo a la conformación de un Banco Central Europeo como prestamista de última instancia”. Así se presentó ayer por su propia iniciativa el premier británico David Cameron ante Cristina Kirchner durante una pausa en las sesiones plenarias de los presidentes ayer a las 9,30 de Los Cabos, las 12,30 de la Argentina. Lo que sucedió en ese encuentro de 8 minutos que terminó en un cruce, fue relatado de manera similar por el canciller Héctor Timerman a los periodistas y por la versión que luego esparció la oficina de Cameron desde Londres.
Tras ese comienzo, Cristina Kirchner se quejó del pesimismo de los diarios europeos,especialmente los españoles, sobre las negociaciones de la Cumbre. Y Cameron fue directo al grano. Esto le habría dicho, de acuerdo a su oficina de prensa: “No le estoy proponiendo una discusión completa sobre las Falklands (Malvinas) pero tengo la esperanza que usted haya notado que ellos tendrán un referéndum y que usted respetará su punto de vista. Nosotros creemos en la autodeterminación de los pueblos y en actuar como demócratas, algo común a todos los miembros del Grupo de los 20”.
Cristina le respondió, según contó Timerman,extendiéndole un sobre con las 41 resoluciones de Naciones Unidas , desde 1965, sobre Malvinas.
Cameron no lo tomó en sus manos y le aclaró que no había ido a hablar de soberanía. Cristina, siempre según la versión del Canciller, le dijo: “No pretendo hablar de soberanía, sólo quiero dialogar tal cual lo ordena la resolución de Naciones Unidas, acá se las entrego, por si no las conoce ”.
En ese instante Cameron y en lo que fue su último gesto, dio la media vuelta y volvió a sentarse en su lugar.
Hubo pocos mandatarios que percibieron lo que había sucedido. Pero minutos más tarde ese cruce ya estaba en boca de todos.
Era la comidilla del Centro de Convenciones, un edificio de estilo futurista inspirado en el genial Oscar Niemeyer, que albergó a los presidentes durante las sesiones.
El episodio dio la nota en esta cumbre que finalizó ayer con recomendaciones para evitar que la crisis europea se profundice más aún (ver página 27) .
Según un analista, que solicitó el anonimato, Cameron, en lo que habría sido una táctica deliberada para tapar las lagunas de su propia realidad política, le brindó a la Argentina la oportunidad que había venido a buscar. Pese a que el canciller Timerman machacó con que el G-20 no es el ámbito para discutir Malvinas, Cristina Kirchner ya estaba preparada y había llevado el sobre con las resoluciones de Naciones Unidas que el británico rechazó.
Ayer fue la primera vez que ambos hablaron sobre el tema.
A los pocos minutos, Timerman y el vocero Alfredo Scoccimarro improvisaron una conferencia de prensa. Allí un periodista de la BBC le preguntó a Timerman si por la situación electoral los dos mandatarios no buscaban más votos. El argentino se ofuscó y le dijo: “No soy psicólogo. La Presidenta no se acercó al primer ministro David Cameron para dialogar sobre Malvinas, porque ésta es una reunión para hablar sobre la crisis europea. El que se acercó para hablar de un tema que no era de la Cumbre fue Cameron. El momento para hablar de la cuestión Malvinas fue la semana pasada cuando las Naciones Unidas convocó a Argentina y al Reino Unido a hablar sobre el tema en el Comité de Descolonización. El Reino Unido se negó a estar presente a un pedido de las Naciones Unidas”, dijo el funcionario.
Cuando se le preguntó por qué Cristina había traído a esta Cumbre el sobre con las resoluciones, respondió que “eran elementos de trabajo”.
Por cierto, Cameron ha sido la única voz de rechazo hacia la Argentina en esta Cumbre. Ya lo había manifestado el último lunes por la mañana en el cierre del encuentro de empresarios que se realizó en paralelo al de los presidentes. En ese momento enumeró una serie de reclamos y hasta hizo suya la queja por la expropiación de YPF. Ese mismo día por la noche, el premier inglés acusó de “colonialista” a la Argentina. Timerman lo tomó irónicamente, al recordar “las cuatro invasiones de su territorio que sufrió la Argentina por parte del Reino Unido” a lo largo de su historia.
Anoche los medios ingleses recordaban, por su parte, el llamado a plebiscito en el archipiélago para que los isleños definan su estatus político.
Se concretaría en la primera mitad de 2013.
Cameron les pidió que voten “fuerte y claro”.
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