martes, 3 de abril de 2012

El 2 de abril, tres décadas después

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02/04/12 - 02:32 - Clarin

Soy argentina de 81 años, y con mi esposo tomamos un crucero Buenos Aires-Valparaíso, porque no queríamos morir sin conocer Malvinas y Ushuaia. La visita a Malvinas estrujó mi corazón porque en la guerra mis hijos podían haber sido combatientes. A ello agregué mi indignación y rabia al saber que al finalizar la contienda, hizo que los británicos instalaran una base militar con 2.000 efectivos. Mi desazón se acrecentó porque dieron la orden: “¡Prohibido descender en Ushuaia!” No tengo claro el fundamento, pero fue una imbecilidad. Desde allí no pude tener el desahogo de desagraviar a Malvinas, porque era desde ahí, desde mi sur, el que me negaron conocer. En Puerto Argentino, por razones obvias, me contuve, pero sí, lloré.

Elda Colamarino
elda_colamarino@hotmail.com
Hoy, de abril, feriado, muchos se habrán ido de vacaciones en fin de semana largo, pero absolutamente ninguno desconocerá que se cumple el 30 aniversario del desembarco argentino en nuestras islas Malvinas. Donde la playa York, Puerto Enriqueta, Moody Brook y Puerto Argentino recibían a nuestros héroes muy de madrugada. Todos estaban de acuerdo, muy orgullosos de ser argentinos y sin los goles del Diego.
Reafirmando una vez más nuestra soberanía, que de no seguir haciéndolo peligra, Dios sabe cuánto, nuestro sector antártico, nuestro Mar Argentino y desde ya parte de los recursos naturales marítimos de todos los argentinos entre ellos el petróleo.
Desde la primaria llevamos a las Malvinas con profunda impronta en nuestros corazones. Hablamos juramos y perjuramos que son nuestras por derecho, pero mucho más porque mora en el amor a nuestra infancia. La Operación Rosario que intentó recuperarlas tuvo sus lados buenos, aunque superaban los lados malos: ¿quién no recuerda al crucero General Belgrano? Y a su responsable, comandante que fue el último en dejar el barco sin necesidad que nadie le dijera: ¡Vada a bordo, cazzo!
Hoy treinta años después los argentinos podemos llevar a cabo la más grande operación para recuperar nuestras islas, Operación Santa Fe: todos y cada uno de nosotros podemos salir a las calles en paz a lo largo y ancho de Argentina, a lo Gandhi, estrategia oh casualmente ya conocida para el Reino Unido, y a apoyar la causa Malvinas para que el mundo nos vea y sienta. Y si tenemos la suerte de que nos televise la BBC gritemos todos juntos: ¡viva la Patria!

Juan José de Celis
juanjose3800@aol.com
En el tema Malvinas, hay que dejar bien en claro algunas cosas. A saber: 1) Los kelpers no son una tercera parte, en este conflicto hay dos partes y si ellos quieren opinar lo tendrán que hacer a través de sus representantes, el Foreing Office británico.
2) Aun así, es inviable cualquier propuesta o negociación que se establezca en torno a la soberanía que no contemple a los habitantes. Cualquier acuerdo debe respetar su forma de vida, sus fuentes de ingreso y su voluntad de seguir siendo británicos. Para lo cual existe la opción de la doble nacionalidad. Un acuerdo puede respetar su zona explotación pesquera y concederles por un tiempo la explotación de hidrocarburos, con una exención impositiva que incluya al menos tres generaciones, y respetarles su forma de gobierno y su idioma. Ellos se beneficiaran de todos los recursos que tengan más los dineros que ahorren en impuestos, y nosotros recobramos la tenencia de las islas. Para esto hay que modificar el territorio de Tierra del Fuego, hacer las islas una provincia autónoma y modificar a ese efecto la Constitución.

Diego Pinelli
diegopinelli@hotmail.com
El jueves 22 de marzo leí con atención la nota de Luis Alberto Romero sobre Malvinas. A pesar de estar de acuerdo en que esa guerra nunca debió sea librada, discrepo en dos puntos.
1) Celebrar el 14 de junio Día de Rendición: sería una falta de respeto a los soldados que dieron la vida, y a los que lucharon valientemente.
2) Llamar víctimas y menospreciar su condición de héroes, es una afirmación fuera de lugar. Son todos héroes, ya que a muchos les tocó vivir la tensión de estar esperando batalla. Nunca debe ser olvidada su gesta y debe ser celebrada como corresponde.

Juan Carlos Lago
electronicalaprida@yahoo.com.ar

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