El premier británico dijo que la presidenta tergiversa “la historia” y “la realidad”.
Avión. El primer ministro de Gran Bretaña, David Cameron, envió un mensaje a los isleños por las fiestas./AFP
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22/12/12
Los gobiernos de Argentina y Gran Bretaña volvieron a cruzarse ayer. Por un lado a través del mensaje navideño que habitualmente envía a las Malvinas el primer ministro del país europeo, el conservador David Cameron, consideró una “pena” la actitud del gobierno argentino respecto a las islas. Y por otro lado, el embajador británico ante este país, John Freeman, fue convocado a la Cancillería, donde recibió las protestas formales por la reciente decisión del Reino Unido de denominar “Tierra de la Reina Isabel” a un sector de la Antártida reclamado también por la Argentina.
“El gobierno de la presidenta (Cristina) Kirchner parece decidido a argumentar que no deben tener una opinión sobre cómo son gobernados. Continúan tergiversando la historia de sus islas y las realidades actuales de la vida allí”, afirmó Cameron en su mensaje radial. El mandatario británico –quien se reunión hace poco con los líderes isleños y a quienes le pidió su apoyo– aseguró que era “ una pena que Argentina siga actuando de esta manera ”, en alusión al reclamo nacional para que Londres acepte sentarse a negociar sobre la soberanía de las Malvinas, en el marco de lo dispuesto desde 1965 por las Naciones Unidas. Por detrás de las palabras de Cameron también se encuentra al referendum que en marzo próximo harán los isleños para mostrarle al mundo el “estatus político”, que quieren tener y que obviamente no es argentino. Desde el continente esta consulta fue rechazada: la posición histórica nacional es que la población de las islas es “implantada”.
“No hay justificación para que algún país intente negarles el derecho a la democracia y a la autodeterminación. Ni que trate de aislarlos, de bloquear su comercio o socavar su industria pesquera, de hidrocarburos y turística legítimas”, agregó en referencia al endurecimiento de las políticas nacionales hacia las islas.
Por otra parte, de acuerdo a un comunicado de la Cancillería, el embajador Freeman, oyó ayer la queja argentina. “Esta pretensión del Reino Unido (de homenajear a su Reina dándole su nombre a una porción de tierra antártica que se superpone con la de Argentina) demuestra, una vez más, las anacrónicas ambiciones imperialistasde ese país, lo que remonta a antiguas prácticas ya superadas, y no se condice con el espíritu de paz y cooperación que caracteriza”. El comunicado dice que Freeman concurrió al ministerio y se le “entregó una nota de protesta formal en la que expresa el ‘más firme rechazo a la pretensión del Gobierno del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, anunciada recientemente, de dar una denominación toponímica a un área del Sector Antártico Argentino’”.
En el pronunciamiento se reiteró el “compromiso con los valores y principios del Sistema del Tratado Antártico”, cuyos principales ejes son la paz, la ciencia, la cooperación internacional y la protección del medio ambiente. Y señaló la “plena vigencia del Art. IV” de ese tratado que respeta las posiciones de soberanía en la Antártida.
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