POR MARÍA LAURA AVIGNOLO – Clarin
PARÍS. CORRESPONSAL - 06/08/13 – Clarin
Gibraltar vuelve a crear una fuerte tensión diplomática entre Gran Bretaña y España. El premier británico, David Cameron, anunció ayer que estaba “seriamente preocupado por lo que está pasando en la frontera española gibraltareña”. Fue después de que el canciller español, José García Margallo, sugirió introducir un pago de 50 euros para los vehículos que entren o salgan del Peñón, cuya soberanía le disputa a los británicos.
Un vocero de Downing St., la residencia del primer ministro británico, dijo que el gobierno estaba buscando “urgentes aclaraciones sobre esa posibilidad y la de cerrar el espacio aéreo a aviones británicos”. Ninguna de las dos opciones han sido discutidas con Londres previamente, pero el jefe de Gobierno de Gibraltar, Fabián Picardo, acusó a España “de comportarse como Corea del Norte”.
“Estamos buscando una explicación con respecto a informes que podrían tener como objetivo a Gibraltar para nuevas medidas”, anunció el vocero de Cameron.
Los británicos creen que esta decisión española es “teatral” y podría buscar disimular la crisis económica en el país y hacer remontar el nacionalismo.
La crisis comenzó cuando la semana pasada los gibraltareños descargaron cemento en los bancos donde pescan los pescadores españoles y crearon un falso coral. España ha reclamado en vano que lo dinamiten porque consideran que afecta los derechos de pesca de los españoles. Gibraltar se niega terminantemente.
La Unión Europea está negociando una salida para la colonia británica, pero los gibraltareños ya han expresado dos veces masivamente que no quieren ser españoles. Cameron conversó en junio con el presidente español, Mariano Rajoy, sobre el dilema, pero no existía esta tensión fronteriza. El impuesto en la frontera podría afectar a los gibraltareños que cruzan cada día a trabajar en España.
“Lo que están viendo es ruido de sables como no hemos visto en mucho tiempo. Las cosas que el señor García Margallo está diciendo tienen más reminiscencia de un tipo de declaraciones de Corea del Norte que de un socio europeo”, declaró Picardo a la BBC.
La canciller laborista en las sombras, Kerry McCarthy, advirtió que los “gibraltareños usan mucho la frontera para ir a sus trabajos y visitar a sus familias en España. Cualquier medida que sirva para penalizarlos debe ser fuertemente rechazada por el Foreign Office”.
Un grupo de diputados británicos exigió que “se envíe una fragata a Gibraltar”, que es una base militar naval británica, estratégica en la guerra fría. España reclama soberanía sobre Gibraltar desde 1713 y los británicos insisten en que no la negociarán mientras los gibraltareños quieran seguir siendo británicos.
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