POR MARÍA LAURA AVIGNOLO – Clarin
En la disputa por el Peñón, la oposición española dijo que la idea de una alianza con la Argentina en la ONU era una “aventura” que puede llevar al “ridículo”. Gran Bretaña presentó una queja formal.
Colas. En la frontera entre España y Gibraltar, los automovilistas hacen horas de colas por los controles./AFP
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PARIS. CORRESPONSAL - 14/08/13 – Clarin
La escalada entre Gran Bretaña y España por el Peñón de Gibraltar aumenta, como si no fueran parte de la Unión Europea, y la comparación con Malvinas está cada vez más presente. Después de un día donde se tardó al menos cuatro horas para cruzar la frontera entre Gibraltar y España por los controles impuestos por orden del gobierno de Mariano Rajoy, Gran Bretaña decidió presentar “una queja formal ante las autoridades españolas”.
Una vocera del Foreign Office dijo que era “por las inaceptables demoras que se han visto esta mañana (martes) en la frontera con Gibraltar”. La decisión de los británicos se produce un día después de que informaron que están analizando “una presentación legal” ante los tribunales europeos y cuando España compara su situación en Gibraltar con la de las Islas Malvinas ante la alarma de los socialistas españoles, que los llaman a frenar “la aventura” que puede llevar “al ridículo”.
Un funcionario de Gibraltar acusó incluso al gobierno de Rajoy de tener una “actitud beligerante” como la del ex dictador argentino Leopoldo Galtieri (Ver “Compararon...) Una intensificación de los controles en la frontera entre Gibraltar y la ciudad española de La Línea de la Concepción –donde viven muchos de los que trabajan en Gibraltar– significó retrasos de hasta cinco horas para cruzar ayer. Fue la respuesta española a la decisión británica de estudiar “acciones legales en el marco de la justicia europea” ante la crisis. España también se prepara para elevar el caso al Consejo de Seguridad, que preside circunstancialmente Argentina, para comparar la situación del Peñón y su disputa con los británicos con la de las islas Malvinas.
El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, interrumpió sus vacaciones en Asturias y convocó a la prensa en su casa de las montañas para exigir “diálogo” entre Gran Bretaña y España para resolver sus diferencias por Gibraltar.
El líder del PSOE le advirtió al gobierno de Rajoy que apoyará sus políticas “porque es una cuestión de Estado”. Pero le recomendó que “decir que vamos a ir de la mano para reivindicar al mismo tiempo las Malvinas y Gibraltar es una ocurrencia en la que no debemos continuar”.
Cuando el canciller José Manuel García Margallo anunció que viajará a Argentina para entrevistarse con la presidenta Cristina Kirchner entre el 2 y el 7 de septiembre y aprovechará para discutir el tema, Rubalcaba le advirtió que buscar en la ONU una alianza con Argentina podría llevarlos“a una situación de ridículo”.
“El gobierno de Gibraltar ha hecho mal al colocar los bloques de hormigón y es inaceptable. Pero el gobierno español debe ser cauteloso, que ir de la mano de Argentina en Malvinas es una ocurrencia que no podemos continuar. Que las estridencias de verano son ridículas y éste es un tema muy serio”, alertó.
“Quiero pedirle al gobierno británico y al español que se sienten a dialogar. Que abandonen las estridencias. Este es un asunto que hay que resolver en la mesa de diálogo, en el marco de la Unión Europea”, declaró el líder del PSOE.
Después de la conversación telefónica entre el primer ministro David Cameron y Rajoy la semana pasada, los británicos creían haber resuelto el problema del retraso en la frontera. No lo consiguieron.
Ahora Gran Bretaña amenaza con perturbar las actividades españolas en Bruselas en el marco de la Unión Europea, del que ambas forman parte y son socias. Puede bloquear sus propuestas políticas o su participación en comités o perturbarles el turismo, que no se ha detenido a pesar de la crisis en el país.
En esta ley del Talión indisimulada, los socialistas españoles consideran que más que preocuparse por la movilidad de los ciudadanos en el Peñón, el gobierno de Rajoy debería preocuparse por la movilidad de capitales en Gibraltar. Para ellos, éste el momento de plantear este tipo de problemas y forzarlos a controlarlos.
Con sólo 30.000 habitantes, hay 50.000 compañías registradas en el Peñón, que pagan muchos menos impuestos que en España y sobre los que el gobierno español no tiene control. “En vez de restringir la movilidad de los ciudadanos, restrinjamos la movilidad del dinero sucio y de los capitales”, propuso el líder socialista desde Asturias.
El conflicto se inició cuando los gibraltareños colocaron pontones de cemento en las aguas en disputa para que no pudieran pescar los pescadores españoles. La tensión escaló cuando España montó controles fronterizos estrictos y la amenaza de un impuesto a los que salen y entran al Peñón.
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