A 27 AÑOS DE LA GUERRA
El rugby une
Un grupo de 34 rugbiers argentinos, entre ellos los ex Pumas Sansot, Branca y Garretón, dio clínicas a chicos y jugó con 8 kelpers y 4 militares ingleses.
Por: Walter Daniel Raiño
Clarín 10 de Enero de 2010
Emociones fuertes y sentimientos entremezclados de orgullo y profunda satisfacción, en un lugar cargado de historia y tanto dolor.
Por primera vez y después de 27 años del conflicto bélico en las Islas Malvinas, 34 jugadores argentinos nucleados bajo la organización de la Fundación Rugby sin Fronteras vivió una experiencia única.
El 13 de diciembre lograron lo que parecía imposible: disputar el primer partido y dictar clínicas de rugby para sus habitantes, en el marco de un viaje en el que buscaron promover los valores del deporte, más allá de las diferencias ideológicas y políticas.
¿Por qué en Malvinas?
"Pensamos cuál sería el lugar más difícil donde se pueda jugar al rugby y lo elegimos porque era donde el mensaje iba a ser más fuerte. Con este partido pretendemos convocar a todas las personas que piensen en el rugby como un deporte formativo, para que se aplique como forma de vida, rindiendo homenaje a quienes dejaron la suya. Creemos que a través del rugby podemos generar un vínculo indisoluble. No combatiendo, sino defendiendo y apoyando la difusión y enseñanza de sus valores", dijo Juan Bautista Segonds, ex rugbier, organizador del viaje y presidente de la Fundación Rugby sin Fronteras.
El proyecto surgió hace cuatro años y tuvo tanto la aprobación de ex jugadores irlandeses y franceses cuando se disputó el Mundial 2007 como de parte de los consejeros legislativos isleños.
"Nos reunimos con la Asamblea y los militares ingleses, allí lo difundimos en los medios y estaba todo bien encaminado", explica Segonds.
Sin embargo, en octubre asumió un nuevo gobierno y creyendo que el evento tenía una intencionalidad política, les quitaron el apoyo prometido. Sin certezas si les aceptarían el intercambio deportivo, igual viajaron.
Dejaron sus trabajos por 10 días, se costearon el viaje (cada uno abonó 2.500 dólares) y llegaron a Puerto Argentino con sus camisetas negras y azules (sin inscripciones alusivas a nuestro país, sólo el dibujo de las islas en la espalda), medias, pelotas, banderines y los palos que ubicaron en una cancha de fútbol alquilada.
Recibidos con cierto resquemor, tras un sentido minuto de silencio, uno de los tres ex combatientes que los acompañaron dio el puntapie inicial.
Empezaron a jugar y un inglés que los observaba se les sumó. "Se acercaron al ver que no teníamos otra intención que jugar y enseñar rugby. Al día siguiente jugamos otra vez, ya con 4 militares ingleses de la base de Mount Pleasant y 8 kelpers.
Al final, todos compartimos unas cervezas en el hotel mientras afuera, los chicos se divertían corriendo detrás de la pelota.
Fue increíble", relata Segonds.
El grupo reunió a los ex Pumas Eliseo Branca, Martín Sansot, Pablo Garretón con otros jugadores provenientes de distintos clubes del país. Además, viajaron Santiago Martella -apoyó el primer try del partido y es hijo de un militar que murió en combate- y el padre Cristian Cabrini, capellán del Movimiento Cristiano para Gente de Rugby, que celebró la misa en homenaje a los 649 combatientes fallecidos que yacen en el Cementerio de Darwin, erigido en 2004.
Un libro, la película y jugar en la Antártida son las promesas compartidas.
Todos saben que el amor al deporte volverá a unirlos.
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