15/10/2016
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Política exterior - La relación con Gran Bretaña
Protesta oficial por pruebas militares en las Malvinas
Se trata de ejercicios que se harán en las aguas de las islas desde este miércoles, similares a los de otros años. El Gobierno citó al embajador británico para reclamarle explicaciones.
El Gobierno argentino convocó ayer al embajador del Reino Unido, Mark Kent, para expresar el rechazo a un nuevo ejercicio militar de las fuerzas reales de Gran Bretaña en aguas de las Malvinas. La Cancillería emitió un comunicado en el que detalló que se le entregó al diplomático una nota “con una formal y enérgica protesta ante los mencionados ejercicios militares, exigiéndole que se abstenga de realizarlos”. En ese texto se informó que “también pondrá en conocimiento de la situación al Secretario General de las Naciones Unidas”.
De esta manera, el gobierno de Mauricio Macri, que se encuentra en Roma con la canciller Susana Malcorra para la visita que le harán hoy al Papa, continúa la política de rechazar estos ejercicios, que son habituales. “La República Argentina rechaza la realización de estos ejercicios en territorio argentino ilegitimamente ocupado por el Reino Unido, los que desconocen las resoluciones de las Naciones Unidas y de otros organismos internacionales, que instan a ambos países a reanudar las negociaciones a fin de encontrar una solución pacífica y definitiva a la disputa de soberanía, así como a abstenerse de realizar actos unilaterales en los territorios y espacios marítimos bajo disputa”, señaló el Ministerio de Relaciones Exteriores en el comunicado en el que se informó sobre la protesta presentada por el vicecanciller, Carlos Foradori.
La convocatoria al embajador Kent se conoció en medio del revuelo mediático que generó una dura comunicación del Servicio de Hidrografía Naval, del Ministerio de Defensa. Allí se informó “que las fuerzas militares inglesas (en realidad de todo el Reino Unido)”, que en forma “ilegal ocupan el territorio argentino” del archipiélago, notificaron “que realizarán un ejercicio de armas que incluye lanzamiento de misiles”. Estos se harán entre las 11 y las 23 horas desde el 19 al 28 de octubre próximos, e incluirán los poderosos misiles Rapier.
El SHN señaló además que emitía esa información en su carácter de “autoridad de aplicación de compromisos internacionales vigentes con la Organización Marítima Internacional y la Organización Hidrográfica Internacional así como por razones humanitarias a la vida humana en el mar”.
No es la primera vez que ocurre un cruce como este. Informar sobre esos ejercicios es una obligación de las partes por cuestiones de seguridad en la navegación, pero se produce entre dos países en conflicto. Los ejercicios se realizan en la llamada Zona Económica Exclusiva, que los británicos administran desde que ganaron la guerra de 1982. A partir de 2006, con la mejora del equipamiento militar británico, esos ejercicios se hicieron más sofisticados. Hubo pruebas en octubre de 2012, en abril de 2013 y en 2014.
Tampoco es la primera vez que se protesta por esas maniobras, Cristina Kirchner hizo denuncias ante los foros internacionales acusando al Reino Unido de militarizar el Atlántico Sur. Londres lo negó. Todos los ejercicios en agua que se realizan en Malvinas, parten de la base militar británica de Mount Pleasant. En los comunicados que se emitieron durante las gestiones kirchneristas se acusaba al Reino Unido de tener una base de la OTAN en las Malvinas.
El mes pasado, la oposición acusó al Gobierno de descuidar los aspectos del reclamo de soberanía. Por ese motivo, la Cámara de Diputados citó a Foradori para que informe sobre las negociaciones que se llevan a cabo con Gran Bretaña. Una semana después, el 5 de octubre, la canciller Susana Malcorra, concurrió al Senado para ser interrogada por esas mismas negociaciones.
Según sostiene la Casa Rosada, el comunicado de los dos gobiernos, firmado a mediados de septiembre, refleja las intenciones de Buenos Aires de mejorar la relación bilateral con el Reino Unido en todos los aspectos posibles, sin dejar de lado el reclamo argentino de soberanía sobre las Islas, que Londres se niega a escuchar desde hace décadas.
En ese texto se afirma que “ambas partes se comprometieron a poner énfasis en la agenda positiva de las relaciones con el objetivo de estrechar aún más los vínculos bilaterales, desarrollar lazos más cercanos y una sólida cooperación en beneficio de los pueblos de ambos países”.
De esta manera, el gobierno de Mauricio Macri, que se encuentra en Roma con la canciller Susana Malcorra para la visita que le harán hoy al Papa, continúa la política de rechazar estos ejercicios, que son habituales. “La República Argentina rechaza la realización de estos ejercicios en territorio argentino ilegitimamente ocupado por el Reino Unido, los que desconocen las resoluciones de las Naciones Unidas y de otros organismos internacionales, que instan a ambos países a reanudar las negociaciones a fin de encontrar una solución pacífica y definitiva a la disputa de soberanía, así como a abstenerse de realizar actos unilaterales en los territorios y espacios marítimos bajo disputa”, señaló el Ministerio de Relaciones Exteriores en el comunicado en el que se informó sobre la protesta presentada por el vicecanciller, Carlos Foradori.
La convocatoria al embajador Kent se conoció en medio del revuelo mediático que generó una dura comunicación del Servicio de Hidrografía Naval, del Ministerio de Defensa. Allí se informó “que las fuerzas militares inglesas (en realidad de todo el Reino Unido)”, que en forma “ilegal ocupan el territorio argentino” del archipiélago, notificaron “que realizarán un ejercicio de armas que incluye lanzamiento de misiles”. Estos se harán entre las 11 y las 23 horas desde el 19 al 28 de octubre próximos, e incluirán los poderosos misiles Rapier.
El SHN señaló además que emitía esa información en su carácter de “autoridad de aplicación de compromisos internacionales vigentes con la Organización Marítima Internacional y la Organización Hidrográfica Internacional así como por razones humanitarias a la vida humana en el mar”.
No es la primera vez que ocurre un cruce como este. Informar sobre esos ejercicios es una obligación de las partes por cuestiones de seguridad en la navegación, pero se produce entre dos países en conflicto. Los ejercicios se realizan en la llamada Zona Económica Exclusiva, que los británicos administran desde que ganaron la guerra de 1982. A partir de 2006, con la mejora del equipamiento militar británico, esos ejercicios se hicieron más sofisticados. Hubo pruebas en octubre de 2012, en abril de 2013 y en 2014.
Tampoco es la primera vez que se protesta por esas maniobras, Cristina Kirchner hizo denuncias ante los foros internacionales acusando al Reino Unido de militarizar el Atlántico Sur. Londres lo negó. Todos los ejercicios en agua que se realizan en Malvinas, parten de la base militar británica de Mount Pleasant. En los comunicados que se emitieron durante las gestiones kirchneristas se acusaba al Reino Unido de tener una base de la OTAN en las Malvinas.
El mes pasado, la oposición acusó al Gobierno de descuidar los aspectos del reclamo de soberanía. Por ese motivo, la Cámara de Diputados citó a Foradori para que informe sobre las negociaciones que se llevan a cabo con Gran Bretaña. Una semana después, el 5 de octubre, la canciller Susana Malcorra, concurrió al Senado para ser interrogada por esas mismas negociaciones.
Según sostiene la Casa Rosada, el comunicado de los dos gobiernos, firmado a mediados de septiembre, refleja las intenciones de Buenos Aires de mejorar la relación bilateral con el Reino Unido en todos los aspectos posibles, sin dejar de lado el reclamo argentino de soberanía sobre las Islas, que Londres se niega a escuchar desde hace décadas.
En ese texto se afirma que “ambas partes se comprometieron a poner énfasis en la agenda positiva de las relaciones con el objetivo de estrechar aún más los vínculos bilaterales, desarrollar lazos más cercanos y una sólida cooperación en beneficio de los pueblos de ambos países”.
Menciones:
De esta manera, el gobierno de Mauricio Macri, que se encuentra en Roma con la canciller Susana Malcorra para la visita que le harán hoy al Papa, continúa la política de rechazar estos ejercicios, que son habituales.
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