Por Daniel Santoro
Clarin 31 Dic 2011
Uno de sus ministros dijo que sacar de servicio al buque “Endurance” sería interpretado por la dictadura argentina como una señal de desinterés por las islas. La medida era en el marco de un drástico plan de reducción de la flota británica.
TAPA. El informe, difundido por Gran Bretaña, consta de 227 páginas
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En 1981, el gobierno de la ex primera ministra Margaret Thatcher fue advertido de que la reducción de la flota de mar británica sería interpretada por la dictadura militar argentina como una disminución del interés inglés por controlar las islas Malvinas, según revelaron documentos secretos británicos.
Thatcher había ordenado recortar drásticamente gastos de la “Royal Navy”. En una de esas notas reservadas, el ministro de Relaciones Exteriores de entonces, lord Peter Carrington, le escribió a su colega de Defensa, John Nott, pidiéndole especifícamente a que se opusiera a la salida de servicio al buque polar “Endurance” , que era parte de la flota británica de la Antártida. Esa decisión, sólo enviaría señales equivocadas sobre la determinación de Gran Bretaña de defender las Malvinas a la dictadura argentina, enfatizó Carrington.
“A menos que se resuelva la disputa, y hasta entonces, será importante mantener nuestra presencia normal en la zona al nivel actual”, insistió. “Toda reducción sería interpretada tanto por los isleños como por los argentinos como una disminución de nuestro compromiso con las islas y nuestra disposición a defenderlas ”, agregó el entonces canciller en el párrafo 9 de la carta (Ver facsímil ).
El párrafo 10 no está porque el gobierno británico actual decidió mantenerlo en secreto por 40 años más. En el siguiente, continúa el debate entre ambos ministros y luego se afirma que “la cancillería británica acepta que el HMS Endurance se está acercando al fin de su vida útil. Pero si hay que desprenderse de él, resulta esencial no sólo que se lo reemplace sino que también el reemplazo debiera ser un buque de tipo similar (como un rompehielos por ejemplo) para su trabajo en la Antártida. Si intentármos realizar la conversión del Royal Marine Garrison en las Islas Malvinas usando un buque de guerra convencional (y ésta parece ser la única alternativa si descartamos el uso de transporte aéreo a través de la Argentina) esto no escaparía a la atención de los argentinos y bien podría ser interpretado como algo provocativo ”.
Se decidió, finalmente, sacar el “HMS Endurance” de servicio. Pero en mayo de 1982, el dictador Leopoldo Galtieri ordenó, en forma encubierta, desmantelar una ex base ballenera en las islas Georgias del Sur, donde se hizo la bandera argentina y estalló el conflicto. Ante esa situación, Thatcher tuvo que mandar el “Endurance” - que aún no había sido sacado de servicio- a intimar a los “obreros” que desmantelaban la planta. Acto seguido, Galtieri ordenó la ocupación del 2 de abril de 1982.
Además, el Primer Lord del Almirantazgo Henry Leach, quien luego dijo a Thatcher que Gran Bretaña podía y debía enviar una fuerza operacional naval para recuperar las Malvinas después de la invasión de abril de 1982, estaba furioso con ella un año antes debido a su “desequilibrado desmantelamiento” de las fuerzas armadas Efectivamente, aquella señal fue considerada por la dictadura de Galtieri, junto a la operación encubierta para enseñar las técnicas de la represión ilegal a las dictaduras de América Central y entrenar a los “contras” que luchaban contra los sandinistas de Nicaragua. Galtieri, asesorado por el canciller Nicanor Costa Méndez, suponía que la administración de Ronald Reagan frenaría por el apoyo a la “guerra sucia” en el istmo cualquier reacción militar de la Thatcher.
Otro documento secreto confirma la estrecha relación de amistad que la premier tenía con el ministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz. El 11 de junio de 1980, Thatcher le mandó una carta reservada en la que se disculpó por no haberlo recibido más tiempo en Londres y dijo que le estaba sumamente agradecida por el “amoroso regalo” que le había hecho. Durante la gestión de Videla, Gran Bretaña le había vendido dos fragatas misilísticas a la dictadura.
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