viernes, 25 de junio de 2010

La diferencia entre un chiste y el patrioterismo

23/06/10 - Clarin
Por THE GUARDIAN NICK PARKER Londres
Hay un poster en mi oficina, en la escuela donde dirijo la sección de inglés, que dice: “Los ingleses vienen por todo - hay que pararlos.” Muestra un mapa de Argentina, con las Malvinas y un triángulo antártico y, superpuesta en ellos, la bandera del Reino Unido.
El poster fue arrancado de una universidad local y me fue traído con espíritu burlón por mis colegas, un chiste bien intencionado.
Aunque yo sea inglés, ellos saben que mi corazón está en la Patagonia. Y si a veces me llaman “pirata”, es porque saben que voy a retrucar con un epíteto filoso.
Pero desde que Gran Bretaña explora el petróleo en el archipiélago, las Malvinas empezaron a ser motivo de escozor -y de urticaria-, y percibo un perturbador cambio de actitud.
Soy lector de The Guardian y de sus debates pero desde que la presidenta Cristina Kirchner y otros protestaron, el lenguaje periodístico se ha vuelto amenazante.
Las ironías sobre “paseos aéreos por Buenos Aires”, donde viven mis amigos, son chocantes, o las alusiones a los “argies” también son insultantes.
Luego están los ingleses que se jactan de que la guerra de 1982 fue “algo bueno” para Argentina, pues derrocó a la dictadura militar y restableció la democracia.
Esto niega los esfuerzos de los grupos de derechos humanos locales.
Y la sugerencia de que fue mérito de las Fuerzas Armadas inglesas es arrogante e irrespetuoso. Desde luego, hay cosas que a los ingleses les cuesta olvidar, entre ellas el fútbol y las guerras. Pregonar los logros del propio país no está mal pero cuando el pregón troca en patrioterismo es hora de callarse.
Una cosa es una broma personal.
Otra muy distinta, amenazar e insultar a toda una nación escudado en el anonimato de un sobrenombre.

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