Agustín M. Romero
Al comenzar sus gestiones un nuevo gobierno tiene facultades para fijar los temas que juzga serán centrales durante su gestión. En materia de política exterior son cuatro las dimensiones sobre las que se basa ese norte: la herencia recibida, el contexto interno y el internacional y la cosmovisión o ideología que prima en el Poder Ejecutivo.
A este esquema lo cruza un eje basado en premisas de largo plazo, consenso y continuidad, que habitualmente se llama “política de Estado”. En nuestras relaciones externas encontramos algunos ejemplos de esas políticas públicas como la nuclear, Argentina como sede del Tratado Antártico, el trabajo en el Comité de Descolonización de la ONU y en la Comisión Nacional del Límite Exterior de la Plataforma Continental (COPLA) cuyo exitoso trabajo encuentra su corolario en los días que rendimos homenaje a los Veteranos y Caídos en la Guerra de Malvinas. Los antecedentes comenzaron a gestarse en tiempos de Alfonsín cuando se planteó la revisión de nuestra plataforma marítima. Se perfeccionaron en el gobierno de Menem y nunca pararon aun en medio de la peor crisis política-financiera del país. Se presentaron los resultados de 20 años de investigaciones con el gobierno de Fernández de Kirchner ante la Comisión del Límite Exterior de la Plataforma Continental (CLPC) de la ONU y se obtuvo el dictamen con una nueva administración. La CLPC, órgano científico integrado por 21 expertos internacionales de reconocido prestigio y creado por la Convención de la ONU sobre Derecho del Mar, aceptó los fundamentos presentados en 2009 por Argentina para la extensión de la plataforma de las 200 a 350 millas marítimas, sin un solo voto en contra. En esa ampliación marítima tendremos derechos exclusivos y excluyentes sobre recursos ictícolas, minerales e hidrocarburíferos que aún desconocemos. Argentina hizo su presentación para extender su plataforma continental sobre el Atlántico sur, las islas Malvinas, Georgias del sur y Sandwich del sur y sobre la Antártida. Sin embargo, la Comisión de Límites no dijo que las Malvinas son argentinas. Mal podría hacerlo ya que actúa en consonancia con la Asamblea General que aprobó la Resolución 2065 (XX), que reconoce la disputa de soberanía entre Argentina y el Reino Unido y en los dictámenes del Comité de Descolonización los cuales sostiene que las Malvinas se trata de una cuestión colonial que afecta nuestra integridad territorial.En su presentación ante la CLPC Argentina utilizó las dos fórmulas y dos restricciones que establece el art. 76 de la Convención sobre los Derechos del Mar. La fortaleza de esa argumentación hace del caso argentino un “leading case” para cuando la CLPC deba resolver otras presentaciones completas hechas por Rusia, Australia y Brasil. Otros 9 países hicieron presentaciones parciales. Gran Bretaña presentó junto con Francia, España e Irlanda sobre el Golfo de Vizcaya, donde coincide el límite de los cuatro países, frente al Cantábrico. Pero no realizó ninguna presentación sobre las Islas Malvinas ni Georgias del Sur ni Sandwich del Sur. Asimismo y en virtud del art. IV del Tratado Antártico, el cual congela los reclamos de soberanía de los países firmantes, el Reino Unido, Noruega y Nueva Zelanda se reservaron el derecho de presentar ante la CLPC su propuesta sobre este sector en cualquier momento. La importancia del dictamen de la CLPC no es solo que agrega 1.700.000 km2 a nuestro país sino que otra instancia de la ONU, en el marco de la Convención del Derecho del Mar, reconoce la disputa de soberanía de las Malvinas. Por su lado, Londres sigue sin reconocer la controversia; ventajosamente apuesta en este caso al derecho de la autodeterminación de los habitantes de Malvinas y busca desconocer otra herramienta del derecho internacional, como lo hizo recientemente cuando desoyó las recomendaciones de una comisión de la ONU para liberar a Julian Assange por violación de sus derechos humanos, quien lleva casi tres años en la embajada de Ecuador en Londres y el Reino Unido no le permite su salida.
Agustín Romero es profesor de Relaciones Internacionales. Autor del libro "Malvinas. La política exterior, de Alfonsín y Menem" (Editorial de la UB)
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