miércoles, 23 de diciembre de 2015

El ex combatiente que volvió a Malvinas 33 años después: “No entendemos por qué estas islas son británicas”

El ex combatiente que volvió a Malvinas 33 años después: “No entendemos por qué estas islas son británicas”

Una vida a bordo.
Se llama Michael Ward y ahora trabaja en el sistema de seguridad de un crucero que visita las islas cada 15 días. "El regreso fue antipático", reconoce. Sus recuerdos, la importancia de la guerra y el desconocimiento de la causa.


Se confunde entre los turistas, su figura espigada recorre cada tarde con un trote intenso el pasillo externo de uno de los pisos de su nueva casa, un buque de 70.000 toneladas y 12 pisos, que lejos está de ser un acorazado de guerra; más bien está repleto de shows, comida, bebidas y diversión. Si el viento helado del Mar Argentino se planta como una barrera insalubre, en todo caso ocupará durante una larga hora una de las ocho cintas para correr dentro del gimnasio del Norwegian Sun, el crucero de esta compañía con base en Miami que de noviembre a marzo hace la ruta Buenos Aires-Valparaíso (Chile). Tiene 51 años y en medio de esta travesía sumará otro más. Los números dan vuelta en su cabeza. Tenía 16 cuando en 1980 ingresó en la Marina Real Británica (Royal Navy) y allí estuvo tres décadas. A los 18 recién cumplidos, en abril de 1982, también se subió a un barco. Pero no tenía el colorinche del Sun, ni la piscina de la cubierta rodeada de reposeras y sus bares repletos de refrescantes tragos. Todo era gris y estaba lleno de armas, cañones y municiones. Era parte de la flota de Royal Navy. Era, en ese joven momento, la casa obligada de Michael Ward, el ex combatiente que volvió a las Islas Malvinas después de 33 años. Ahora, con otros aires, otra templanza y la opción de vida de poder analizar y dar su propia mirada de aquella espantosa guerra. El Norwegian Sun ancla a varios metros de la costa de Puerto Argentino y los turistas se suben a cada tender para cruzar y llegar en unos 20 minutos. Mike se sube y va, en silencio, acompañado por algunos de sus nuevos amigos a bordo. También de sus alumnos, todos como parte de la tripulación, que tienen en Ward al principal instructor en cuanto a todas las medidas de seguridad y prevención se requieren a bordo.
“Fue un antipático regreso, porque muchos británicos preguntaban ¿por qué? Así como ustedes las llaman Malvinas (lo dice en español, por primera y única vez en la charla, pero la traducción se cae de madura), a nosotros no nos enseñaron en nuestra educación acerca de las Falklands, así que un montón de británicos no las conocían. Y en la Royal Navy, de donde provengo, ninguno de nosotros sabía nada acerca de las islas. Cuando nos dijeron que íbamos a las Malvinas, no sabíamos a dónde estaban. El gobierno decidió ir a pelear y allá fuimos. No fue algo divertido para nadie, como toda guerra. Nunca hubo posibilidades, aún ahora, de construir un puente con Argentina”, cuenta, expresivo y serio, Ward, sentado y de piernas cruzadas en uno de los sillones del quinto piso del barco, algo así como el lobby de este hotel flotante.
¿Cuál es su tarea en este barco?
Mi responsabilidad principal es la seguridad del barco, me ocupo de los sistemas de seguridad de la nave. También me ocupo del entrenamiento de toda la tripulación, unas 40 horas por semana de entrenamiento. Es un trabajo grande y tengo un equipo de tres personas trabajando conmigo. Hace dos años que estoy en este barco, en el Sun, y cinco en Norwegian.
¿Y antes?
Antes estuve en la Royal Navy por 30 años. Ingresé en 1980, con 16 años de edad. Estuve en la guerra de Malvinas (dice Falklands) y esta es la primera vez que regreso acá en 33 años.
¿Qué recuerdos tiene de los soldados argentinos?
Admiro a sus pilotos. Sus pilotos fueron gente muy valiente, fueron pilotos realmente muy buenos y tuvimos un montón de problemas por ellos. Demostraron ser muy valientes. Nos hundieron varios barcos.
¿Conoció algún ex soldado argentino?
Sí, sí, sí, me encontré con algunos de los pilotos cuando estaba en la Royal Navy.
En ese momento se nos viene el recuerdo de aquel poema de Jorge Luis Borges, publicado por primera vez el 26 de agosto de 1982 en Clarin. “Juan López y John Ward”, se titulaba, como un giro del destino en la identidad de este británico que tres décadas más tarde volvió a tocar su tierra de guerra. “Les tocó en suerte una época extraña. El planeta había sido parcelado en distintos países, cada uno provisto de lealtades, de queridas memorias, de un pasado sin duda heroico, de derechos, de agravios, de una mitología peculiar, de próceres de bronce, de aniversarios, de demagogos y de símbolos. Esa división, cara a los cartógrafos, auspiciaba las guerras. (…) Hubieran sido amigos, pero se vieron una sola vez cara a cara, en unas islas demasiado famosas, y cada uno de los dos fue Caín, y cada uno, Abel. Los enterraron juntos. La nieve y la corrupción los conocen”.
¿Pero les fue posible salir?
Sí, unos días antes del final. Es difícil recordar todo perfectamente... Muchos británicos no entienden cómo pueden ser británicas. No entendemos mucho. Vemos que hubo referéndums en los que la gente quiere ser británica, pero los británicos de allá no saben por qué. Incluso nosotros, ex militares como yo, servidores del gobierno, miramos para atrás y no sabemos por qué. No entendemos por qué las Malvinas son británicas. Y en Gran Bretaña es muy difícil escuchar hablar de las Malvinas, en ninguna conversación sale ese tema.
Como ya aclaró, no sabían a dónde iban...
No teníamos idea de las islas Malvinas, casi nadie en el barco lo sabía, y éramos una tripulación de 350 personas. Había un miembro de la tripulación que sí había escuchado de ellas, pero nadie de nosotros estaba enterado de que las islas Malvinas eran británicas, ni dónde estaban. Esa es la verdad. Y no pensábamos que entraríamos en guerra cuando la Primer Ministro nos envió.
Ward se refiere a Margaret Hilda Thatcher, quien fuera la premier británica desde 1979 a 1990 y falleciera en abril de 2013. Un dato de actualidad indica que la última inauguración que se dio en Puerto Argentino (Stanley, para Mike) es un busto de Thatcher. Ward no se guarda elogios hacia ella, y sigue, mientras mira su reloj aunque no parece apurado. En todo caso un tic cronológico lo debe llevar a ese gesto aún asombrado de estos 33 años que el grupo de periodistas argentinos le hace repasar.
¿Estando acá pensaban que todo se iba a resolver antes?
Sí, de manera política. Ninguno de los militares pensaba que iba a entrar en una guerra. Pensábamos que Margaret lo iba a solucionar, era una fantástica primer ministro, muy fuerte y con decisión.
¿Cuánto tiempo estuvo?
Llegamos como Task Force (una fuerza de tareas), todos nuestros barcos llegaron juntos y estuvimos la guerra entera. Hicimos los desembarcos en el estrecho de San Carlos. Nosotros llevábamos marines que bajaban en la playa Azul y nosotros estábamos al frente. Permanecimos en San Carlos durante toda la guerra, donde nos hundieron algunos barcos. El Sheffield fue el único barco hundido en mar abierto, el resto fue ahí, en el estrecho de San Carlos. Creo que fueron cuatro los barcos hundidos ahí con los Mirage. Ustedes volaban por debajo del alcance de los radares y por eso no los podíamos detectar. Sus pilotos fueron personas muy, muy valientes. Venían por debajo del nivel del radar y, una vez que los detectábamos, muy pocos podían regresar. Así nos hicieron mucho daño en nuestras naves, hasta que se quedaron sin misiles. Si no se hubiesen quedado sin misiles aire-tierra para atacar nuestras naves, nos hubiera sido difícil de defender, sin duda. Estuvimos en problemas allí.
¿Cuál era su tarea en la guerra?
Recargaba combustible de las aeronaves, sobre todo helicópteros. En el desembarco en playa Azul los helicópteros salían, regresaban, los recargaba y volvían a salir. Yo tenía 18 años. Cumplí años en marzo y la guerra empezó en abril.
¿Qué siente ahora?
Tristeza, porque la isla es un terreno muy inhóspito, y en 1982 la población era muy pequeña. Ahora hay dos o tres mil personas. ¿Sabes? No entendemos por qué. Fue por política, política pura. Muchos de mis amigos ya habían regresado. Fue una guerra grande por una ganancia muy pequeña, con unas mil muertes, pero fue sólo política. Es un lugar a 6 mil millas de distancia. A mi hija, que ahora tiene 25 años, nunca le explicaron sobre las Malvinas, sabe que su padre estuvo en la guerra de Malvinas, pero nunca nadie le dijo nada al respecto más que lo que sabe por mí, lo que es realmente muy poco.
¿No lo enseñan en las escuelas?
No, nadie habla de eso. Yo mismo hablo más de las guerras de Afganistán o Irak, muy raramente menciono las Malvinas.
¿Ella le pregunta?
Sí, me pregunta. Porque fue el primer conflicto en el que estuve, después estuve en Bosnia a finales de los ‘90 y en Irak y Afganistán en los 2000. Los militares británicos nunca tuvieron conflicto alguno antes de las Malvinas, por muchos años antes y por muchos años después. Vas a un bar y les preguntás a los británicos acerca de las Malvinas y no sabrán qué decirte.
Parece que fue ayer…
Sí, pero fue hace 33 años, y hoy aún no lo entendemos, sólo la gente de las islas quiere seguir siendo británica, nadie más apoya esta causa.
¿Cómo terminó trabajando en un crucero?
Me retiré de la milicia luego de un contrato de 22 años. Estuve ahí mucho tiempo y obtuve una pensión. Me retiré como a los 46 años de edad y volví a navegar. Intenté no volver a hacerlo, intenté regresar a casa, pero no pude.

domingo, 20 de diciembre de 2015

Nueva política de estado

Nueva política de Estado para Malvinas

Debate.Marcelo G. Kohen
La llegada de un nuevo gobierno es siempre un momento oportuno para replantear una nueva estrategia en la cuestión Malvinas, en la que se deberán continuar ciertas políticas y modificar profundamente otras. Hoy, 16 de diciembre, se cumplen 50 años de la adopción de la Resolución 2065 (XX) por la Asamblea General. El 30 de abril de 2014, los legisladores Giustiniani (PS), Alfonsín (UCR), Pinedo (PRO) y A. Pérez (FR) escribieron sin éxito a la ex presidenta para volver a colocar el reclamo en el máximo órgano representativo de las Naciones Unidas, el mismo que decide las cuestiones sobre descolonización. Tenemos los votos necesarios para su aprobación. No se capitalizaron los apoyos obtenidos en muchos foros regionales. Corresponde poner fin al “acuerdo de caballeros” para no llevar la cuestión a la Asamblea General celebrado por Menem con el gobierno británico y que éste último hizo público en el 2011 en un mensaje al Parlamento.
Es necesaria una política hacia los isleños sin que ello signifique que se transformen en una pretendida “tercera parte” en la disputa de soberanía. Si el mandato constitucional es respetar su modo de vida y el de las Naciones Unidas el de tener en cuenta sus intereses, deben ser escuchados a estos fines. Una cosa son los nativos, verdaderos isleños, y otra un “Gobernador” llegado de Londres o los habitantes llegados en las últimas décadas esencialmente de la metrópoli y que hoy constituyen la mayoría de la población.
Deberán promoverse puentes de toda naturaleza entre el continente argentino y las islas, especialmente en el plano de las comunicaciones, del comercio y de la cultura. La política británica es desarrollar el contacto con Chile y Uruguay. Una política frontal hacia los habitantes sólo ayuda a la tesis británica, tanto como la que sería favorecer el contacto con nuestros vecinos si se impide el nuestro. Frente a la propaganda británica que escandalosamente atribuye a la Argentina una intención “colonialista”, es necesario avanzar en la elaboración colectiva de una propuesta concreta de solución del conflicto. Será también un útil importante frente a la negativa británica de negociar. Debería hacerse en el marco de una política de Estado en la que la responsabilidad sea colectiva. Su elaboración podría ser atribuida a una comisión compuesta por parlamentarios y personalidades académicas y diplomáticas.
Mientras el Reino Unido se niegue a discutir soberanía y avance en la explotación de recursos, es imposible permitir que vuelos charter vayan a Malvinas. Deberán mantenerse las medidas tendientes a combatir esta explotación indebida. Dado su alcance efectivo limitado, se impone definir una estrategia que incluya la utilización de todos los recursos disponibles en el plano internacional.
En política internacional también, lo cortés no quita lo valiente. Y viceversa.


Marcelo G. Kohen es profesor de Derecho Internacional en el Graduate Institute de Ginebra

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Malvinas, a medio siglo de la Resolución 2065

Tribuna.Alejandro Simonoff

Se cumplen en estos días los 50 años de la aprobación por parte de la Asamblea General de Naciones Unidas de la Resolución 2065, hasta el momento, el instrumento más trascendente en nuestra disputa por la soberanía de las islas Malvinas y archipiélagos adyacentes. Nuestro país, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, buscó resguardar sus intereses ante el nuevo escenario internacional. Las resoluciones 1514 y 1654 fijaron el problema de la descolonización en la ONU y lo regularon bajo dos principios: uno general, el de autodeterminación, y otro limitante de éste, el de integridad territorial.
En los años ‘60 existió la conciencia que se debería avanzar, y así lo entendió el presidente Arturo Illia. La Resolución 2065 reconoció el conflicto como una situación colonial e invitó a las partes a negociar con el objeto de encontrar una solución pacífica. La apertura del diálogo bilateral en el marco de Naciones Unidas fue desaprovechada durante la dictadura de la “Revolución Argentina” al no responder a tiempo los papeles de trabajo elaborados por la comisión conjunta en 1968.
Los mecanismos bilaterales y multilaterales fueron apareciendo. Los primeros privilegiados por las dictaduras -la “Revolución Argentina” y el “Proceso de Reorganización Nacional”-, como así también por el menemismo que tuvieron un acercamiento a la tesis británica con diversas estrategias de seducción. Otras veces de manera exclusiva a la segunda, como en el caso de la administración de Alfonsín, la cual tuvo que enfrentar la decisión británica de no tratar el tema de la soberanía como resultado de la guerra.
A partir de 1999, se combinaron ambas, donde lo multilateral ayudó a compensar las asimetrías, y también existió un paulatino alejamiento del paradigma instaurado en la década de los ‘90: primero durante la Alianza con el abandono de la estrategia de seducción, y luego de 2007, en los años de Kirchner con la impugnación de la declaración para la explotación de hidrocarburos.
En este tema, la Argentina con posterioridad a la crisis de 2001 desarrolló un perfil internacional donde privilegió dos planos: uno geográfico y otro conceptual. El primero fue “conosureño” y luego se fue extendiendo al resto de las naciones periféricas, el otro fue multilateral. Ambos contribuyeron a la comprensión del problema. La regionalización de esta cuestión y un mayor activismo entre los países emergentes tuvo en estas administraciones una consecuente tarea, como así también vincularla a los intereses económicos y estratégicos en juego, pero a pesar de ello, el lugar cada vez más marginal en los discursos presidenciales podría estar marcando cierto estancamiento en el tema.
La Resolución 2065 abrió un campo fértil. Hemos logrado muchos apoyos significativos, pero esta estrategia resulta insuficiente sin un diálogo cara a cara. Es necesario complementarla con una aproximación indirecta que genere confianza entre las partes, como ha ocurrido en otras soluciones a conflictos coloniales. No es corto, ni rápido, ni seguro, pero debemos estar dispuestos a un cambio de mentalidad de nuestra parte, ya que la administración de la Cuestión Malvinas como una urgencia nos llevó a una guerra primero, y tras ella, a una vuelta a foja cero. Nos enfrentamos a un horizonte tan alentador como incierto al mismo tiempo. Porque los cambios que se están operando en el sistema internacional debilitan el poder británico -gracias al cual elude el diálogo exigido por la comunidad internacional-, pero como en un campo minado, la amenaza de la “independencia” de los británicos que habitan en las islas está siempre latente.

Alejandro Simonoff es profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP)

miércoles, 28 de octubre de 2015

Reclamo kelper ante la Cruz Roja

Clarín   28 Oct 2015

El gobierno británico de las Malvinas emitió un comunicado para informar que la próxima semana viajará a la sede de la Cruz Roja Internacional, en Ginebra, el consejero Mike Summers. Se reunirá, dice el texto del comunicado con el presidente del organismo, Peter Maurer, para reclamar y asegurarse que los kelpers tendrán su lugar en cualquier negociación entre la Argentina y el Reino Unido ante un eventual acuerdo para la identificación de los argentinos muertos en la guerra de 1982 que permanecen enterrados en Darwin sin identificación. Son unas 123 tumbas entre 237 en total. El anuncio llega después una marcha de ex combatientes a la embajada británica la semana pasada, y de las confusiones que hay en torno al ADN de los argentinos. Llamó la atención que no hubiera familiares en la marcha. Este año, el Gobierno de Cristina Kirchner pidió por nota a Londres el ADN, pero Londres respondió que enviaba el pedido a las Malvinas.

martes, 20 de octubre de 2015

El velero de La Cámpora generó un incidente con un caza inglés

Advertencia aérea en el Atlántico Sur.Cuando se perdió el barco, dirigentes K fueron a buscarlo en avión. Los paró un bombardero británico.

La Sanmartiniana, cuando fue remolcada por el pesquero San Arawua (Facebook)

La Sanmartiniana, cuando fue remolcada por el pesquero San Arawua (Facebook)

Hace 30 días, financiados con dinero de los contribuyentes, y cumpliendo intereses políticos organizados en tierra durante meses, los tripulantes del velero “La Sanmartiniana”, en su mayoría militantes de agrupaciones K como La Cámpora, abandonaron su barco en medio de una tormenta. Dejaban atrás también una ilusión arriesgada. Apoyados en secreto por la Casa Rosada, su objetivo era adentrarse, sin permiso, en la más conflictiva parte acuática de la Argentina.

Las Islas Malvinas.

Así lo admitió en público el ideólogo de esta travesía, el Teniente de Fragata (R), Julio Urién (ver Página 17). En YouTube se puede ver una reunión preparatoria del viaje, en la que se explicita que la nave va “a Malvinas”.

El Gobierno no informó sobre el tema a pesar de que el viaje era conocido por las autoridades, dijeron fuentes de la Armada. Ocurre que el velero naufragó y terminó siendo capturado por una patrulla pesquera británica. Hoy está en Malvinas. Antes de que eso pasara, el 24 de septiembre, un avión argentino sobrevoló las cercanías de la zona de conflicto. Fue interceptado por un bombardero Typhoon de la Fuerza Área británica. El jet británico amedrentó a la aeronave argentina fuera del espacio aéreo bajo disputa. Clarín confirmó la situación con fuentes que conocen la trastienda del último viaje de “La Sanmartiniana”. Y también por el Gobierno británico.

El Ministerio de Defensa puede confirmar que el 24 de septiembre, un avión Typhoon de la Fuerza Aérea Real despegó de la base de Mount Pleasant para identificar un avión desconocido que estaba cerca de las Islas Falkland, en el espacio aéreo internacional. El avión fue identificado y no entró al espacio aéreo controlado por las Islas Falkland”, señaló una declaración de Defensa británica que llegó desde Londres, tras una consulta de este diario. La fuente en Londres no quiso hacer más comentarios.

Las fuentes en Buenos Aires señalan que los supuestos dueños del velero usaron “ese avión” para rescatar “La Sanmartiniana”, lo que pudo haber terminado en un incidente militar grave. Clarín confirmó que el avión argentino efectivamente buscaba al velero K.

Además de algunos de los ex tripulantes de “La Sanmartiniana”, entre los pasajeros de la aeronave se encontraba Alejandro “El Mono” Da Milano, un marinero argentino que es considerado en la náutica nacional como el mayor conocedor de los mares del sur. Da Milano fue convocado por autoridades para que los ayude a encontrar el velero perdido.

El velero fue azotado por una tormenta el 15 de septiembre, cerca de la Isla de los Estados. Un buque pesquero fue en su ayuda, y lo remolcó con sus marinos a bordo. Al día siguiente, los tripulantes K decidieron abandonar su nave, a pesar de que seguía amarrada al otro buque: se pasaron al navío más seguro. Incluso el capitán K, Javier Vázquez. Abandonar un barco propio que es remolcado por otro, aun bajo tormenta, es considerado una maniobra inaceptable para quienes vinculan a la náutica con la valentía y la honorabilidad. Amigos de Da Milano afirmaron que tras escuchar lo que había pasado él no dudó en dar su veredicto: “Está en Malvinas”.

La historia oficial de “La Sanmartiniana” dice que el velero fue comprado al Club Naútico de San Isidro por Julio Urién, titular de la Fundación Interactiva para la Preservación del Agua (FIPCA). Pagó por él 90 mil dólares. Clarín confirmó con fuentes navales que esas afirmaciones no son ciertas del todo: el barco fue vendido sí en 90 mil dólares, pero quien la compró fue el Ministerio de Desarrollo Social, de Alicia Kirchner, insistieron las mismas personas que pidieron no ser identificadas. Habría pruebas notariales y bancarias al respecto.

Desde que se hizo cargo de “La Sanmartiniana”, Urién la reparó, a su modo, e inició una serie de travesías para dar a conocer un mensaje “nacional y popular” en puertos del país.

Una vez que se conoció que el velero estaba en las Malvinas, el Gobierno intentó despegarse del tema. Y La Cámpora buscó desmentir a Clarín, que vinculó al barco con esa agrupación. Urién, ascendido por Néstor Kirchner a Teniente de Fragata, y luego designado titular de Astillero Río Santiago, hizo declaraciones en contrario.

Por ejemplo, le admitió al diario La Opinión Austral, de Río Gallegos, que su travesía era parte del programa oficial Pampa Azul, financiado por la Casa Rosada para explorar el Atlántico Sur: “Por primera vez hay una política de Estado que va más allá de las 200 millas, éste programa Pampa Azul, impulsado por nuestra Presidenta, en el cual el Gobierno invierte”, y agregó: “. Tenemos convenios con el Ministerio de Defensa y Seguridad. Contamos con el apoyo de agrupaciones como La Cámpora, el Movimiento Evita, y sindicatos”.

La Presidenta definió en abril del 2014 al programa Pampa Azul como “estratégico”. “Les aseguro que en el mar está la riqueza. No solamente hidrocarburífera, sino alimentaria”, dijo. El Pampa Sur fue aprobado por el Congreso con un presupuesto mínimo de 250 millones de pesos. Lo manejan el Ministerio de Ciencia y Técnica, de Lino Barañao; el de Defensa, de Agustín Rossi; y la Cancillería.

El jefe de puertos de las islas, Malcolm Jamieson admitió al diario Penguin News que ha tenido algunas señales de que los dueños de “La Sanmartiniana” lo quieren recuperar. El procurador general de las islas, Peter Judge, aclaró que si eso no ocurre, el velero pasará a ser propiedad de la Corona inglesa. El barco, dijeron los kelpers, está en muy buen estado. Fue abandonado en una tormenta, un percance habitual en el Atlántico Sur.

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domingo, 11 de octubre de 2015

Las Malvinas, ese gran amor

Tengo un plan para recuperar las Islas Malvinas. Yo sé que es un plan audaz y loco, tan loco que a nadie se le había ocurrido hasta ahora. Además puedo garantizar un 99,5% de eficacia.
Es simple, pero requiere de una estrategia totalmente novedosa: en vez de usar a las Islas Malvinas para hablar de ellas, de nuestra voluntad inquebrantable por recuperarlas y sarasa sarasa, propongo que no les demos bola. Las Islas son nuestras, ya lo sabemos, pero hay que matarlas con la indiferencia; pero no una indiferencia indiferente, sino una indiferencia de ésas que uno usa para que la mujer que uno ama venga a golpear nuestra puerta jurando que es nuestra. Claro, para eso deberemos hacer un par de cosas primero.
En mi caso, trataría de mostrarme como un tipo hábil para los negocios y el trabajo, saludable, limpio de alma y cuerpo, generoso con los otros, imaginativo, creador, emprendedor, bueno, cumplidor, de palabra, sin dobleces ni argucias, capaz de hablar de frente, y también capaz de divertirme mucho.
Encontrar alegría en cada cosa que emprendo, ser solidario, ser todo aquello que le reclamo a los otros, y sin ser perfecto, ser capaz de reconocer mis imperfecciones. Si yo creo en todo eso, tarde o temprano la mujer de mi vida estará conmigo y nos amaremos. Como dije, viene con 99,5% de eficacia garantizada.
Pues bien, el plan es que seamos eso como país, y las Islas llegarán un día a ser tan nuestras como nosotros de ellas. Si así no ocurriera, al menos sabríamos que entonces sí hicimos todo lo posible.

Fernando Sendra

fernandosendra@clarin.com

viernes, 9 de octubre de 2015

En Inglaterra a nadie le importan un carajo las Malvinas

Damon Albarn: "En Inglaterra a nadie le importan un carajo las Malvinas"

El músico británico habló del conflicto por las islas en una entrevista antes de presentarse con su banda Blur en Tecnópolis el domingo 11 de octubre

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Antes de una nueva visita a la Argentina al frente de Blur (la banda se presentará en Córdoba el 10 de octubre y en Tecnópolis el 11 de octubre), el músico inglés Damon Albarn habló con la revista Rolling Stone en su estudio de Londres. La entrevista salió en la tapa de la edición de octubre de la publicación, pero hubo una parte de la conversación que quedó afuera de esas líneas escritas por el periodista Pablo Plotkin: su opinión sobre las Islas Malvinas y cómo vivió el conflicto bélico entre Argentina y el Reino Unido. "Acá (en Inglaterra) a nadie le importan un carajo las Malvinas", declaró.
"Malvinas, ¿no?", fue su reacción al escuchar "Falklands" en la pregunta del periodista de Rolling Stone y analizó la situación actual. "Es una cosa extraña, ¿no? Yo creo que si los habitantes de las Malvinas quisieran genuinamente ser argentinos, serían argentinos", dijo el líder de una de las agrupaciones claves del género britpop, y comparó a los isleños con Irlanda: "Si ellos quisieran ser parte del Reino Unido, lo serían, pero prefieren ser una república independiente. Entiendo que es completamente distinto en Malvinas, porque no es más que una pequeña y remota comunidad de pescadores y criadores de ovejas. O sea, no tengo claro cuál es su potencial de riqueza".
Albarn se definió "pacifista" por mandato familiar. "No creo en las armas ni en el derramamiento de sangre", expresó: "Soy bastante neutral en este asunto: no soy pro-Inglaterra ni pro-Argentina. Creo que cuanto más nos distanciemos del concepto de qué Estado posee qué, estaremos más cerca del genuino progreso. Si hubiera algún tipo de acuerdo equitativo entre los países, probablemente no importaría a quién pertenecen las islas en los papeles. Pero es difícil. Acá (en Inglaterra) a nadie le importan un carajo las Malvinas. Para nada. Ustedes por ahí están más cerca, pero aun así tenés que volar no sé cuántas horas desde Argentina para llegar. Así que no lo sé... Es un lugar extraño, ¿o no? Un lugar muy extraño".

http://www.taringa.net/post/noticias/18996207/En-Inglaterra-a-nadie-le-importan-un-carajo-las-Malvinas.html?utm_medium=email&utm_source=taringa_mailing&utm_campaign=recomendados_HF_%25%25sexo%25%25_0&utm_content=4217&utm_term=post_5_title

domingo, 20 de septiembre de 2015

Murió el general Menéndez, el jefe de las tropas en Malvinas durante la guerra

A los 85 años.Una fuente del Ejército confirmó a Clarín el deceso del militar que rindió a las tropas argentinas en Malvinas.

Ex comandante de Malvinas. General Mario Menéndez

Ex comandante de Malvinas. General Mario Menéndez

El ex jefe de las tropas argentinas en Malvinas, general Mario Benjamín Menéndez (85 años), falleció hoy y sus restos serán sepultados en las próximas horas, confirmó a Clarín una fuente del Ejército. Hacía dos semanas que había sido internado. Padecía de Parkinson y otras enfermedades.

Menéndez fue el comandante que rindió las tropas argentinas en Malvinas en 1982 luego de la guerra con Gran Bretaña ante el general británico Jeremy Moore. En el 2012 había sido detenido por orden de un juez de Tucumán debido a investigaciones sobre la represión ilegal en el Operativo Independencia de 1975. El informe Rattenbach sobre la conducción estratégica y táctica de la guerra había sido muy duro con Menéndez.  En ese cargo en Malvinas había sido nombrado por el ex dictador Leopoldo Galtieri.

En 1982, Menéndez era general y se desempeñaba como subjefe del Primer Cuerpo de Ejército en Buenos Aires, además de formar parte de un Comité Militar que asesoraba al dictador Leopoldo Fortunato Galtieri.

Leé también: Proponen que no prescriban los delitos contra soldados en la Guerra de Malvinas

Días después del desembarco argentino en las Islas Malvinas, Menéndez llegó al rebautizado Puerto Argentino y asumió como gobernador militar. El día 26 de abril asumió como jefe del Comando Conjunto de las Islas Malvinas. Duró en el cargo hasta el 14 de junio cuando firmó la rendición del Ejército argentino  ante el general inglés Jeremy Moore.

lunes, 14 de septiembre de 2015

Bingo . . . Bingo . . . Bingo

Domingo 20

a las 14 hs

BINGO

en el Club S y D Argentino

Andrade 422

Lanús Oeste

viernes, 4 de septiembre de 2015

El casco del Soldado

El sueño de un soldado: recuperará el casco que usaba en Malvinas

Imagen para el resultado de noticias

A 33 años de la guerra.Lo había comprado un coleccionista argentino que vive en Londres, que se enteró de la historia y viajará para devolvérselo.

José Muñoz llegó a la guerra de Malvinas en un buque de carga que después los ingleses hundieron. Y cuando él y su grupo se rindieron, les sacaron todo. Hasta los cascos. Más de 30 años después, Matías Miccio, un argentino mecánico de aviones que vive en la muy británica Cambridge, compró por 700 libras en el sitio de Internet eBay un casco que lleva el nombre José Muñoz.
Las historias se cruzaron. El último 2 de abril, Paola Muñoz, prima del ex soldado, publicó en Internet los recuerdos de guerra de su primo. Matías los leyó, llamó a Paola por teléfono y le dijo que tenía el casco. “No puedo enviárselos porque las leyes de Inglaterra me lo prohíben”, les dijo primero. Pero luego averiguó mejor y lo podrá traer. “Yo quería asegurarme que todo fuera legal, que pudiera sacar el casco de Inglaterra con los impuestos correspondientes porque es una pieza histórica. No quería tener un sólo problema para poder llevarlo a Argentina. Pero si se puede ¿cómo no se lo iba a entregar? Se lo doy con mucho gusto”, contó por teléfono Matías a Clarín.
José todavía no puede creerlo, pero se siente feliz. “Matías nos comunicó que vendrá el 2 de abril próximo a traerme el casco. Esto habla muy bien de él. De una persona que se interesó por conocer a quién lo llevó puesto en la guerra. Otro tal vez no se hubiera preocupado en encontrarme. Para mi es una emoción enorme”, le dijo a Clarín. Y explicó cuál será el destino del casco: “En un principio va a quedar en mi poder, pero cuando terminen el edificio de los veteranos de guerra aquí en la ciudad de Sarmiento, Chubut, pasará a ser parte del museo porque así lo pidió Matías y creo que debo hacerlo porque su actitud lo merece”.
“Sentí que lo correcto era reunir el casco con José y el resto de los veteranos de Malvinas y que quede en un museo, donde pueda ser apreciado por futuras generaciones y mantener la historia viva”, subrayó Matías al sitio El Patagónico.
La pasión de Matías por los cascos comenzó en su infancia. Con gran esfuerzo fue comprando cada uno de la pequeña

 

colección que tiene: uno de la Primera Guerra Mundial, otro de la Segunda que lleva un nombre alemán y el argentino, entre otros. El de Muñoz lo compró en eBay a 700 libras (1.072 dólares) en dos cuotas, ante el asombro de su novia. Es un hobbie que le cuesta mucho, porque es un trabajador asalariado que vive “mes a mes”. Eso le da un valor extra a su regalo: “La plata va y viene. No importa”, cuenta Matías.
Parece ser que quien había obtenido el casco era alguien que fue enviado seis meses después de la guerra a las Malvinas a limpiar los rastros del conflicto. En el aeropuerto encontró una pila de cascos argentinos, aparentemente recolectados tras la rendición, y se llevó algunos. Entre ellos, estaba el que llevaba el nombre de Muñoz.
“Cuando traiga el casco, creo que Matías va a venir con sus padres”, se proyecta en el tiempo José. Hace más de 30 años que espera reencontrarse con su historia.

Colaboró Carlos Guajardo, Chubut

martes, 1 de septiembre de 2015

Un candidato inglés propone dialogar por las Malvinas

Jeremy Corbyn, del Partido Laborista.Pacifista y vegetariano, el socialista que en dos semanas buscará conducir la principal fuerza opositora lo había declarado en una entrevista en 2013.

Pacifista y vegetariano. Republicano. Un político que suele desplazarse en bicicleta, como algunos colegas de la izquierda europea. Jeremy Corbyn es el aspirante a conducir el Partido Laborista en las internas del 12 de septiembre y aunque en el Reino Unido las discusiones sobre temas económicos y migratorios se imponen, unas declaraciones suyas –que coinciden con la histórica posición del laborismo– a favor del diálogo con Argentina por las Malvinas, desataron revuelo en Londres y en las islas.

El emblemático veterano Simon Weston, quemado en 46 por ciento de su cuerpo cuando el buque logístico Sir Galahad fue bombardeado y hundido por las fuerzas argentinas durante la guerra de 1982, dijo que Corbyn sostenía una “repugnante rendición”, según reportó este fin de semana la prensa británica.

Las declaraciones sobre Malvinas se remontan a 2013, a una entrevista que le hizo la BBC, en la que se pronunció incluso sobre “un grado de administración conjunta” de las islas con Argentina que pueda resolver el conflicto por la soberanía, lo que sigue pensando. Entonces, también dijo que “otras situaciones como ésta, por ejemplo la disputa entre Finlandia y Suecia sobre las Islas Aland, fueron sorteadas con algún grado de administración conjunta manteniendo la nacionalidad” de los habitantes, que para el caso de Malvinas conservarían la ciudadanía británica.

Sobre mediados de la semana pasada, cuando los sondeos ya le daban un promedio de 53% de los votos para suceder a Ed Miliband en la jefatura del Partido Laborista, comenzaron a reflotarse los comentarios sobre Malvinas.

Weston dijo al Telegraph: “Es una idea repugnante. No veo por qué darles a los argentinos que nunca tuvieron las islas. No tienen derechos sobre ellas”. Y agregó: “Esto puede causar una guerra civil por incentivados argentinos. Esto me asusta enormemente porque él (Corbyn) clama apoyar las libertades democráticas mientras que está sugiriendo tirar afuera la democracia de los isleños de las Falkland”. Desde las islas, siempre con recelo hacia la política exterior de los laboristas, la reacción no fue menor. El consejero isleño Gavin Short opinó que la visión de Corbyn es la de una “pequeña minoría”, que sería muy dañino si gana pero que están convencidos de que lo “pueden educar” sobre el conflicto y la posición isleña.

jueves, 27 de agosto de 2015

Provocación inglesa en Malvinas

Política    Jueves 27 de Agosto de 2015

http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=805036

Argentina busca diálogo

Por: Edgardo Aguilera

Michael Fallon

La empresa sueca SAAB emitió un comunicado de prensa detallando que el ministerio de Defensa de Gran Bretaña contrató la fabricación y provisión de radares de última generación denominados Jirafa (en inglés, Giraffe).
Londres destinará esos equipos desarrollados por el grupo industrial sueco para reforzar el sistema de defensa aérea de las Malvinas.
La decisión está en línea con las declaraciones que hizo el secretario de Defensa británico, Michael Fallon, el 25 de marzo pasado durante una sesión abierta del Parlamento.
El ministro inglés consideró que existían "constantes intimidaciones del Gobierno argentino" que obligaban a su país a incrementar el presupuesto militar destinado a las islas, con un refuerzo de 267 millones de dólares para los próximos diez años. Luego se anunció el despliegue al archipiélago de dos helicópteros pesados Chinook, el reemplazo de las baterías de misiles Rapier (armas de defensa antiaérea) por otros más sofisticados producidos por el gigante europeo MBDA.
El contrato de adquisición de los radares Jirafa alcanza unos 74 millones de dólares, son equipos tridimensionales de alcance medio (150 kilómetros), se pueden desplegar en el terreno, tienen una resolución que les permite detectar aviones pequeños como los no tripulados (UAV) y descartar las señales reflejadas por aves.
No son pasos aislados, se trata de las piezas de un ajedrez mayor que es la conformación de un sistema de integración y provisión de datos en el escenario del combate tierra-aire (LEAPP, acrónimo en inglés Land Environment Air Picture Provision) ingenio electrónico presupuestado en más de 300 millones de dólares. Este sistema es un hub que concentra las comunicaciones tácticas, la obtención de inteligencia electrónica, comunicaciones satelitales encriptadas, representación de los ambientes de combate, comando y control de las operaciones. La maquinaria de guerra británica puesta al servicio de la defensa del archipiélago contrasta con el precario dispositivo del aparato militar criollo, aunque se repita hasta el cansancio que la solución es el diálogo y la vía diplomática.
El Reino Unido se adelantó a la próxima movida de Buenos Aires, la instalación de dos radares tridimensionales fabricados por el Invap orientados a la vigilancia del espacio aéreo sud atlántico. Los equipos, denominados Radar Primario Argentino, (RPA) forman parte de la serie de 6 que desarrolló y construyó el Invap para la Fuerza Aérea Argentina, su misión es la vigilancia y alerta temprana, tienen un alcance de 200 millas (alrededor de 400 kilómetros) y constituyen los ojos del Sistemade Vigilancia y Control Aeroespacial (SINVICA). Cuatro de ellos se desplegaron en provincias del NOA y el NEA en el marco del Plan Escudo del Norte como parte del esquema de lucha contra el narcotráfico, contrabando de mercaderías y tráfico de personas.
La otra pata del sistema de control del espacio es la capacidad del país de interceptar aeronaves furtivas o desconocidas que ingresen a espacio soberano, función que pende de un hilo porque no se ha decidido aún el reemplazo de los cazas Mirage que serán desprogramados en dos meses.

33 años después.

Un veterano de Malvinas encontró su casco de la guerra: lo tiene un coleccionista en Inglaterra

José Muñoz, de 52 años, vive en Chubut y su casco lo tiene un coleccionista argentino que vive en Inglaterra. Dijo haberlo comprado a un militar inglés y ya se pusieron en contacto.

El casco de José Muñoz/www.rionegro.com.ar

El casco de José Muñoz/www.rionegro.com.ar

Un veterano de la guerra de Malvinas de 52 años, residente en Chubut, encontró el casco que usó durante el conflicto, ya que fue comprado por un coleccionista argentino que vive en Inglaterra.

José Muñoz, quien vive en la localidad de Sarmiento, recibió ayer el llamado de un argentino de 39 años con domicilio en Cambridge, quien se desempeña como mecánico aeronáutico y colecciona elementos de guerra, informó el diario El Patagónico en su edición de hoy. El coleccionista, cuya identidad no se informó, le reveló en una comunicación telefónica a Muñoz que había comprado el casco con su nombre escrito a mano a un militar inglés y le envió fotos para demostrárselo.

El argentino residente en Inglaterra supo del veterano por un artículo periodístico que escribió el pasado 2 de abril en un medio local la periodista de Sarmiento Paola Muñoz, prima del ex soldado. El llamado del coleccionista se produjo ayer, cuando el coleccionista se comunicó con el sector de Prensa de la Municipalidad de Sarmiento, donde trabaja Paola Muñoz, justo en el mismo momento en que el veterano había pasado casualmente por allí.

"Llegué de causalidad a la Municipalidad porque Paola es mi prima y pasé a saludarla. Me pasó el teléfono y me dijo: 'van a hablar con vos desde Inglaterra'. En un momento pensé: 'es alguien que quiere hacer plata', pero después me dijo que no lo puede vender (al casco) porque no lo puede sacar del país, pero que lo va a cuidar.

El comprador del casco explicó al diario provincial que, a través de un amigo de un militar inglés, había adquirido el casco que Muñoz usó durante la guerra, identificado por su nombre escrito a mano. "Es algo emocionante; han pasado 33 años de esto. Soy veterano de guerra porque figuro en los libros, pero en realidad no tengo nada porque cuando nos tomaron prisioneros nos sacaron todo" , dijo Muñoz.

El coleccionista aseguró que "es un honor y un placer" tenerlo porque siente que "lo está cuidando". "Espero que algún día quede en algún museo". Y reveló que, tras adquirir varios elementos de soldados argentinos que lucharon en Malvinas nunca quiso contactarse con nadie para no molestar y traer recuerdos, pero este casco fue más especial y un chico me dijo '¨por qué no lo contactas?, la gente siempre se lo toma bien, como una buena historia'.

Muñoz ingresó en febrero de 1982 como conscripto al Regimiento de Infantería 25 y fue enviado a Malvinas el mismo 2 de abril, en el buque Bahía de los Estados, hundido luego por el ejército inglés. El soldado fue tomado prisionero por los ingleses el día de la rendición argentina, el 14 de junio de 1982.

Fuente; DyN.

jueves, 20 de agosto de 2015

Fuerte gesto del Papa a favor del diálogo por Malvinas

EL FRENTE EXTERNO.Francisco se dejó sacar fotos con un cartel que pide que Argentina y el Reino Unido busquen una solución negociada.

Quienes conocen bien a Jorge Bergoglio contaban ayer que no hace nada que no quiera hacer y que entre sus manos no sostiene nada que no quiera sostener. En segundo lugar son públicas sus declaraciones anteriores a su coronación como Papa de que las Malvinas son territorio argentino. “La Patria”, ha dicho concretamente. Ayer, durante una audiencia en el Vaticano, cuando saludaba a un grupo de argentinos, Francisco tomó un cartel que le acercaron. Sonrió, y se dejó sacar fotos con su leyenda: “Es tiempo de diálogo entre Argentina y Reino Unido por Malvinas”.

La presidente Cristina Kirchner seguía ayer desaparecida desde su foto con Aníbal Fernández el lunes siguiente a las PASO del 9 de agosto. Pero se hizo eco en su cuenta de Twitter y Facebook de la foto de Francisco con el cartel, que forma parte de una campaña que lleva adelante el argentino Gustavo Hoyo.

En diálogo con Clarín, Hoy contó ayer que la campaña forma parte de los 50 años de la resolución 2065 de las Naciones Unidas, que se cumplirán el 16 de diciembre próximo. Esta pidió a los dos países el diálogo de forma pacífica sobre el conflicto de soberanía por las Malvinas, a lo que el Reino Unido se niega -con un período de excepción en los 70-, sobre todo después de la guerra de 1982. La resolución fue una victoria rotunda para la democracia argentina porque la ONU reconoció que con Malvinas hay una disputa de soberanía y una situación colonial.

Hoyo dijo a Clarín que es consultor de medios, y que hasta diciembre trabajará en el Senado. Para su campaña ha logrado fotos con carteles de los candidatos a presidente y vice del FPV, Daniel Scioli, y Carlos Zannini. Y de figuras latinoamericanas como Evo Morales. Ayer contó que habló de su campaña con el encargado de ceremonial del Vaticano, monseñor Guillermo Karcher, quien le confirmó que podía viajar pero no le confirmó si podría hacer la foto. Sobre su saludo al Papa en una audiencia general en el Aula Pablo VI, señaló: “Cuando él pasó le expliqué de qué se trataba y él tomo gentilmente el cartel y se sacó la foto. Podría no hacerlo, pero lo hizo”.

El Papa hablará ante la ONU en Nueva York, el próximo 25 de septiembre, en su viaje a los Estados Unidos y Cuba. Su actuación fue clave en el inicio del deshielo que ha desembocado en la reanudación de las relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana.

Cristina tiene turno para pronunciar su mensaje a la Asamblea General del organismo el lunes 28 de septiembre, en el que Malvinas ocupará su parte. En el Gobierno consideran difícil que en ese marco pueda reunirse y/o hasta saludar al Papa que estará sólo horas en Nueva York. Pero Cristina se tiene reservada -aunque no confirmada- una escala en Roma para verlo por última vez como Presidente en su viaje a Estambul de noviembre, para asistir a la cumbre del G 20.

En la primera cita que tuvieron Roma al asumir Bergoglio su papado, en 2013, Cristina le pidió una mediación por Malvinas. La respuesta nunca trascendió, aunque el Vaticano siempre ha manifestado que sólo ante un consentimiento mutuo podría tener alguna participación. Pero siendo cardenal y arzobispo, Bergoglio tuvo opiniones explícitas sobre el conflicto: “Las Malvinas son nuestras”, ha dicho.

“Venimos a rezar por aquellos que han caído, hijos de la Patria que salieron a defender a su madre, la Patria, a reclamar lo que es suyo de la Patria y les fue usurpado”, clamó al referirse a los argentinos muertos en la guerra del ‘82.

Cuando Francisco comenzó su papado, el primer ministro británico, David Cameron fue consultado sobre aquellas opiniones y expresó que “respetuosamente” no estaba de acuerdo con las mismas y recurrió a la figura del referendum por el que los kelpers reafirmaron querer ser ciudadanos británicos.
Ayer, en Londres y en Malvinas no hubo posiciones oficiales sobre la foto del Papa. El diario The Telegraph afirmó que el Papa posaba con “propaganda” por el diálogo. Bloomberg, que fue “engañado”.

 

Bergoglio, el "Papa malvinero"

ANALISIS.El sumo Pontífice tiene una larga trayectoria vinculada a la causa de las Malvinas

A poco de ser electo Jorge Bergoglio jefe de la Iglesia Católica, un grupo de ex combatientes no dudó en calificarlo como “el Papa malvinero”. La expresión no carecía de sustento: siendo arzobispo de Buenos Aires, Bergoglio había tenido gestos y palabras que reivindicaban la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas, reconocían la entrega hasta la propia vida de los combatientes argentinos y señalaba la necesidad de asistir a los ex combatientes.

En un mensaje que difundió el 2 de abril de 2008 ante un nuevo aniversario del desembarco argentino, Bergoglio decía: “Es de buen argentino reconocer la valentía tanto de los que cayeron en esa guerra, como de los que murieron después a causa del silencio y la indolencia de la sociedad, o de los que sobrevivieron y hoy son los testigos vivos de esa gesta”. En 2010 destacó ante la consulta de la prensa la actitud de “muchos que regaron con su sangre ese suelo, que es argentino”.

Dos años después, al cumplirse 30 años del inicio de las acciones, Bergoglio celebró una misa en la catedral metropolitana frente a numerosos ex combatientes, familiares y ex soldados conscriptos que integraron el Campamento TOAS (Teatro de Operaciones del Atlántico Sur). En la homilía, afirmó: “Venimos a rezar por aquellos que han caído, hijos de la Patria que salieron a defender a su madre, la Patria, a reclamar lo que es suyo, de la Patria, y que les fue usurpado”.

Tras ser elegido pontífice y difundirse su posición en esta cuestión, el primer ministro británico, David Cameron, se vio compelido a decir –pensando en el frente interno y los habitantes de las islas- que no coincidía con el nuevo Papa. A su vez, los moradores del archipiélago dijeron que ya no verían a Bergoglio como argentino, sino como pontífice. Acaso consideraron -o expresaron su anhelo- de que Bergoglio dejaría de lado posición.

Lo ocurrido en la sala Pablo VI del Vaticano, tras la audiencia general, cuando Francisco posó con un cartel que llama al diálogo entre la Argentina y Gran Bretaña mostró que como pontífice al menos brega por un diálogo entre ambos países. Porque el haber posado con un cartel a favor de negociaciones no implica una reivindicación de la soberanía argentina. Pero Londres, como se sabe, ni siquiera, quiere hablar del tema.

Al fin de cuentas, Francisco viaja por el mundo pidiendo diálogo para la resolución de conflictos. Lo hizo en Bolivia ante su reclamo a Chile de una salida al mar. Y fue clave en el restablecimiento de relaciones entre EE.UU. y Cuba. Hasta se animó a juntar a los presidentes de Israel y Palestina para rezar. ¿Por qué dejaría afuera el diferendo por Malvinas?

El tiempo dirá si su actitud ayudará a que lo que hoy parece imposible -que Buenos Aires y Londres vuelvan a la mesa de las negociaciones- sea una realidad.

domingo, 26 de julio de 2015

Una “radio Martí” a la argentina: emite en inglés para los kelpers

Malvinas.Radio Nacional difunde el “Argentine Bulletin News” dos veces por día. Lo arma en Buenos Aires y sale desde Río Grande.

Islas Malvinas escucha Radio Nacional / Reuters

Islas Malvinas escucha Radio Nacional / Reuters

Uno de los boletines de Radio Nacional para los kelpers.

Uno de los boletines de Radio Nacional para los kelpers.

En Malvinas la comparan con una suerte de Radio Martí, la emblemática emisora de Miami que durante décadas penetró el territorio cubano con la intención de voltear el gobierno de los Castro.

Pero el llamado Boletín Malvinas es otro tipo de curiosidad argentina, poco conocida y no exactamente igual a la radiodifusora anticastrista: un micro informativo en inglés, de entre 9 y 12 minutos, que la radio pública nacional emite todos los días, pasada la medianoche y repite a la mañana siguiente desde LRA 24, su emisora en Río Grande, Tierra del Fuego. El Boletín acaba de cumplir dos años de existencia. Su objetivo: penetrar con noticias argentinas las Malvinas, adonde llega con alta calidad auditiva y el lema de que promueve la “Soberanía Radiofónica”.

Pasada la medianoche de cada día, la locutora de LRA 24 Leda Sotto presenta el informativo Argentine News Bulletin, que después, en un inglés bastante afinado leen dos periodistas de la Radio Argentina Exterior (RAE), que se encarga de las emisiones de radio que produce hoy el Estado. Esta depende a su vez de Radio Televisión Argentina (RTA). Y aunque la RAE se presenta en siete idiomas -inglés, japonés, francés y chino, entre otros-, el Boletín Malvinas es el producto que más desarrollado tienen.

“Desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, capital federal de Argentina, la Radio Pública le trae las noticias ahora”, se oye una noche a Fernando Farías, la voz argentina en inglés que llega a las Malvinas. A veces se escucha la voz femenina de Miriam Turkula, también empleada de la RAE.

“Ningún argentino tiene dudas de que las Islas Malvinas pertenecen a nuestro país y entonces, como Estado, tenemos la obligación de mantener informados a los habitantes de ese territorio. La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual lo establece como un derecho y su ejercicio se garantiza a través de la Radio Pública, capaz de llegar a cualquier punto del país”, razonó recientemente uno de los directivos de RAE, al cumplirse los dos años de la emisión. También dijo que la iniciativa buscaba “romper el cerco mediático” del archipiélago, adonde en realidad no llegan señales de televisión argentina pero sí de todas partes del mundo que se pueden ver por cable. Según la agencia Télam, el funcionario señaló que se buscaba “garantizar el derecho a la información a los habitantes de habla inglesa", de las Malvinas.

El Boletín Malvinas se elabora cada día, en las oficinas centrales, en Buenos Aires, de Radio Nacional. Y después se envía a su emisora en Río Grande, donde Soto, hace la presentación.

LRA24 nació en 1973, bajo la idea de las radiodifusoras de frontera, y tuvo un rol protagónico durante la guerra de 1982, sirviendo de guía a la fuerza aérea nacional durante los despegues y aterrizajes en Tierra del Fuego y en las islas. Por falta de equipo y envío de presupuesto, se quedó por años sin los 25 kilowats que le permitían un gran alcance. Los equipos mejoraron y ahora el servicio les llega a los kelpers de forma clarísima, aunque según pudo saber este diario, los kelpers le dan la espalda.

Desde LRA24 contaron a Clarín que lograron conversar con latinos que viven en Malvinas, que no se identificaron pero que les dieron el pulso de la calidad auditiva. Pero los comentarios por parte de la población anglosajona fueron negativos en la prensa local. Algunos, por ejemplo, se mofaron de que el presupuesto público argentino se destinara a una actividad “inútil” como la de convencerlos sobre la Argentina. A decir verdad la opinión pública en Malvinas tiene un fuerte peso negativo hacia la Argentina. Y se vive en un clima de profundo rechazo hacia los acercamientos al Continente, sobre todo a raíz de que el kirchnerismo endureció las políticas de vuelo, pesqueras e hidrocarburíferas.

Según se puede escuchar en los Boletines, la información suena meramente informativa, pero la línea editorial sigue la de Radio Nacional: noticias positivas sobre el Gobierno nacional y su política económica, como el reciente anuncio que hizo Cristina Kirchner sobre el aumento del salario mínimo. También suelen reportar las inauguraciones presidenciales de obras públicas; y ahora dan noticias sobre el candidato presidencial del Frente para la Victoria, Daniel Scioli. Entre una y otra información, mechan deporte, espectáculos y aspectos culturales como la “receta” de la empanada.

martes, 21 de julio de 2015

Malvinas: dar batalla en base a la ley

Tribuna.Fernando "Pino" Solanas

Luego de cuatro años, el Gobierno empezó a cumplir con la Ley 26.659, de mi autoría, aprobada unánimemente en 2011. Es uno de los instrumentos más avanzados para integrar una estrategia de presión sobre el Reino Unido con el fin de que acate las resoluciones internacionales que instan a dialogar sobre la disputa en el Atlántico Sur. Londres también incumplió acuerdos bilaterales de cooperación y de seguridad militar, desde el restablecimiento de relaciones en 1989 mediante los equívocos y contraproducentes Acuerdos de Madrid. Esos instrumentos nefastos fueron impulsados por el menemismo y concedieron la ilegal explotación pesquera, la política de hidrocarburos en Malvinas y la promoción y protección de inversiones británicas en la Argentina mediante la vigente Ley 24.184. Incluso existe, desde 1998, un acuerdo de cooperación militar con la potencia usurpadora.
El kirchnerismo jamás criticó estos acuerdos ni planteó terminarlos. Y el gobierno mantiene un doble estándar: las mismas empresas detrás de la megaminera y de nuestras fuentes de energía (British Petroleum controla el 60% de Cerro Dragón) y a las que el gobierno apaña, están vinculadas a la exploración ilegal petrolera en el Atlántico Sur. Las compañías que controlan el 76% de la minera Barrick Gold, que opera en Pascua Lama-Cerro Veladero, tienen el 40,5% de las acciones de Anglo Gold Asanthi que explota Cerro Vanguardia y el 55,9% de Goldcorp que explota las minas Bajo la Alumbrera y Cerro Negro. Ese grupo participa en el paquete accionario de empresas que operan en Malvinas: 33% en Rockhopper Exploration y Borders & Southern Petroleum, 25% en Desire Petroleum y 37.8% en Falkland Oil and Gas Ltd (FOGL). En 2013, Desire fue absorbida por FOGL. El Banco Barclays, contratado por el gobierno para el canje de deuda de 2010, y el Banco HSBC son accionistas de Desire Petroleum y TD Asset Management, un fondo de inversión estadounidense que es accionista de Barrick Gold y Goldcorp, que en la provincia de Santa Cruz operan en Cerro Negro, contando también con el 7,4% de las acciones de la británica Rockhopper y el 7,5% de las acciones de su par Desire Petroleum. Por su parte, BlackRock Group, fondo de inversión del Bank of America, además de ser accionista de mineras como Barrick Gold, tiene participación en Rockhopper, Desire Petroleum y Falkland Oil and Gas Ltd., contando en ésta última con el 49% de las acciones y correspondiendo el restante a PHP Billiton. A su vez BlackRock tiene el 3,53% del capital accionario de Repsol, el 5,9% de British Petroleum, el 3,0% de Telefónica de Argentina, mientras es accionista del Banco Santander y del HSBC. Goldman Sachs tiene pequeña participación en Borders & Southern Petroleum.
La ley 26.659 dispone fuertes sanciones a los intereses que actúan en nuestro país y que son accionistas directos o indirectos de las empresas petroleras presentes en Malvinas. Pero es evidente la falta de voluntad del gobierno para desarticular ese doble estándar que, por un lado, demanda a algunas de esas petroleras pero deja a resguardo los intereses de sus socios en Argentina continental, que también atentan contra nuestra soberanía y violan la ley.

Fernando "Pino" Solanas es senador nacional (Proyecto Sur)

miércoles, 1 de julio de 2015

DNI

Malvinasmiércoles 10 de junio 2015

10-06-2015

Malvinas: la historia del único veterano de guerra británico que vive en Argentina

Juan Pablo Parrilla

Por: Juan Pablo Parrilla jparrilla@infobae.com

Se negó a recibir la medalla del Atlántico Sur y dejó la Marina Real tras el conflicto. En 2012 se casó con una correntina. Defiende la soberanía argentina, pero no consigue el DNI

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  • James y Laura se casaron el 2 de abril de 2012 a las 8.30. Elegimos esa hora porque coincide con el principio y el final de la guerra, cuenta Laura. Ese día decidimos trabajar por la paz, agrega.

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    James y Laura se casaron el 2 de abril de 2012 a las 8.30. "Elegimos esa hora porque coincide con el principio y el final de la guerra", cuenta Laura. "Ese día decidimos trabajar por la paz", agrega.

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  • James Richards asegura tras su baja de la Royal Navy, los servicios de inteligencia británico lo fantasmearon. Intentaron borrar su pasado. Fueron veteranos argentinos los que encontraron sus fotos durante la guerra.

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    James Richards asegura tras su baja de la Royal Navy, los servicios de inteligencia británico lo "fantasmearon". Intentaron borrar su pasado. Fueron veteranos argentinos los que encontraron sus fotos durante la guerra.

  • James Richards asegura tras su baja de la Royal Navy, los servicios de inteligencia británico lo fantasmearon. Intentaron borrar su pasado. Fueron veteranos argentinos los que encontraron sus fotos durante la guerra.

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    James Richards asegura tras su baja de la Royal Navy, los servicios de inteligencia británico lo "fantasmearon". Intentaron borrar su pasado. Fueron veteranos argentinos los que encontraron sus fotos durante la guerra.

  • Richards viajó desde Gibraltar a las Islas Malvinas en el HMS Antelope, una fragata de la Royal Navy. 

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    Richards viajó desde Gibraltar a las Islas Malvinas en el HMS Antelope, una fragata de la Royal Navy.

  • James Richards vive en Los Antiguos, Santa Cruz, junto a su esposa, la correntina Laura Canessa. 

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    James Richards vive en Los Antiguos, Santa Cruz, junto a su esposa, la correntina Laura Canessa.

  • James Richards vive en Los Antiguos, Santa Cruz, junto a su esposa, la correntina Laura Canessa. Vine aquí por amor, vine aquí por una vida tranquila en un pequeño pueblo en la Patagonia, cuenta.  

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    James Richards vive en Los Antiguos, Santa Cruz, junto a su esposa, la correntina Laura Canessa. "Vine aquí por amor, vine aquí por una vida tranquila en un pequeño pueblo en la Patagonia", cuenta. 

  • Laura Canessa, la esposa de James Richards, tiene dos primos que combatieron en la Guerra de Malvinas y es miembro de la organización internacional Mujeres de Paz en el Mundo.

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    Laura Canessa, la esposa de James Richards, tiene dos primos que combatieron en la Guerra de Malvinas y es miembro de la organización internacional Mujeres de Paz en el Mundo.

  • James trabaja de carpintero, un oficio que aprendió de su abuelo. Me gustaría pasar una vida feliz y productiva dentro de la comunidad aquí, pero estoy siendo bloqueado, comenta, sobre la dificultad de conseguir DNI.

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    James trabaja de carpintero, un oficio que aprendió de su abuelo. "Me gustaría pasar una vida feliz y productiva dentro de la comunidad aquí, pero estoy siendo bloqueado", comenta, sobre la dificultad de conseguir DNI.

  • James y Laura se casaron el 2 de abril de 2012 a las 8.30. Elegimos esa hora porque coincide con el principio y el final de la guerra, cuenta Laura. Ese día decidimos trabajar por la paz, agrega.

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    James y Laura se casaron el 2 de abril de 2012 a las 8.30. "Elegimos esa hora porque coincide con el principio y el final de la guerra", cuenta Laura. "Ese día decidimos trabajar por la paz", agrega.

  • James y Laura se casaron el 2 de abril de 2012 a las 8.30. Elegimos esa hora porque coincide con el principio y el final de la guerra, cuenta Laura. Ese día decidimos trabajar por la paz, agrega.

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    James y Laura se casaron el 2 de abril de 2012 a las 8.30. "Elegimos esa hora porque coincide con el principio y el final de la guerra", cuenta Laura. "Ese día decidimos trabajar por la paz", agrega.

  • James y Laura se casaron el 2 de abril de 2012 a las 8.30. Elegimos esa hora porque coincide con el principio y el final de la guerra, cuenta Laura. Ese día decidimos trabajar por la paz, agrega.

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    James y Laura se casaron el 2 de abril de 2012 a las 8.30. "Elegimos esa hora porque coincide con el principio y el final de la guerra", cuenta Laura. "Ese día decidimos trabajar por la paz", agrega.

  • James y Laura se casaron el 2 de abril de 2012 a las 8.30. Elegimos esa hora porque coincide con el principio y el final de la guerra, cuenta Laura. Ese día decidimos trabajar por la paz, agrega.

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    James y Laura se casaron el 2 de abril de 2012 a las 8.30. "Elegimos esa hora porque coincide con el principio y el final de la guerra", cuenta Laura. "Ese día decidimos trabajar por la paz", agrega.

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Una historia de amor lo llevó a la Patagonia y sin quererlo terminó siendo el único veterano británico de la Guerra de Malvinas que vive en el país. Sin embargo, a pesar de que James Richards piensa que "las islas son argentinas", desde hace tres años pelea para conseguir la ciudadanía. "Mi pasaporte venció y estoy en el limbo", le contó a Infobae en la primera entrevista que brindó desde su arribo a las tierras frías del sur. En abril del año pasado le escribió una carta a la Presidente, pero aún no obtuvo una respuesta.

No sabía que iba a ir a una guerra. Cuando en abril de 1982 Argentina recuperó las Islas Malvinas, James Garry Richards era un suboficial que servía en la Marina Real británica, una fuerza a la que amaba y en la que se auguraba a sí mismo una larga carrera. El barco en el que prestaba servicio como ingeniero en armas estaba regresando a Inglaterra después de una ardua misión en el norte de África, pero repentinamente viró hacia Gibraltar, donde Richards tuvo que abordar el HMS Antelope, que partió hacia Malvinas. "Fui un virtual prisionero. No tuve derecho a elegir", evaluó.

A la tripulación le dijeron que sería algo sencillo, que las Fuerzas Armadas argentinas se rendirían en menos de una semana frente a una poderosa tropa con 900 años de experiencia. Sin embargo, el conflicto se extendió más de lo pensado. Richards estuvo a cargo del entrenamiento de los más jóvenes, así como del equipamiento de los buques y el mantenimiento del armamento. "Hice mi trabajo mientras estuve allí, por supuesto. Pero decidí que había sido suficiente para mí", contó.

James Richards - segunda parte

Cuando Richards regresó al condado de Yorkshire, en el norte de Inglaterra, era otra persona. Se negó a recibir la medalla del Atlántico Sur, rechazó una pensión de veterano y dejó la Marina. El equivalente a casi dos años de salarios que le obligaron a pagar para compensar el dinero "invertido" en su preparación no fue un obstáculo. Y decidió reinventarse. Hasta empezó su propio negocio, diseñando equipamiento especial para veteranos, como sillas de ruedas.

"Todo el mundo me preguntaba qué había hecho en la guerra, pero yo no quería hablar de eso. De hecho, durante 29 años no lo hice. No hablé sobre cuestiones políticas, no leí los diarios militares, no hablé nada más sobre la Guerra de Malvinas", recordó.

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Richards asegura tras su baja de la Royal Navy, los servicios de inteligencia británicos lo "fantasmearon". Intentaron borrar su pasado. Fueron veteranos argentinos los que encontraron sus fotos durante la guerra.

Fue su esposa, la correntina Laura Canessa, la que lo animó a contar su experiencia en Malvinas. Ella es miembro de la organización internacional Mujeres de Paz en el Mundo y tiene un vínculo directo con la guerra, a través de sus primos: el teniente Bernardo Schweizer, quien fue el primer argentino en pisar las islas en la noche del 1 de abril de 1982 junto a un cabo, y su hermano Carlos, quien llegó en la segunda nave que desembarcó y también participó de la avanzada.

La pareja se conoció vía Facebook, en un grupo sobre Fórmula 1, de la que ambos son fanáticos. Eran los últimos días de 2010 y el flechazo, al parecer, fue casi instantáneo: apenas 36 días después Richards voló a la Argentina y 14 meses más tarde, un 2 de abril, contrajeron matrimonio, gracias a un permiso especial del registro civil. Se radicaron en la ciudad santacruceña de Los Antiguos, a más de mil kilómetros de Río Gallegos y cerca de la frontera con Chile. El veterano Carlos Schweizer fue uno de los padrinos de boda.

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James y Laura se casaron el 2 de abril de 2012 a las 8.30. "Elegimos esa hora porque fue la hora oficial del comienzo y el fin de las hostilidades", cuenta la correntina. "Ese día decidimos trabajar por la paz", agrega.

Las Malvinas, argentinas

El 3 de junio de 2012, Richards fue invitado por dos centros de veteranos de Santa Cruz para charlar sobre la guerra. Fue la única vez que habló en público del tema. Entre otras cosas, le preguntaron qué pensaba sobre la soberanía de las islas. Y si bien no respondió con palabras, hizo un gesto que despertó aplausos: mostró un gorro que tiene con un prendedor de las islas con los colores argentinos.

"La forma en que logro que las cosas salgan bien es trabajarlas yo mismo. Hice esto con Malvinas. Cuando llegué aquí no me di cuenta qué importante era el tema. En Gran Bretaña, después del conflicto, nadie hablaba de eso. Fue olvidado hasta hoy. Pero acá es un tema importante. Entonces, hice mis investigaciones. Busqué el punto de vista argentino, el punto de vista británico, el de los Estados Unidos, Rusia, China y de todos lados, y saqué mi propia conclusión", explicó.

¿Cuál fue? "Me pusieron en peligro al pelear por unas islas de las que nunca había oído hablar, para defender a personas que querían vivir en el lado opuesto del mundo a su patria. Esta fue una guerra que nunca debió haber sucedido y que sólo se produjo para servir a las ambiciones de dos políticos en caída que estaban desesperados por continuar con sus respectivas carreras sin importar el costo", observó, en una triple crítica a Margaret Thatcher, Leopoldo Galtieri y los kelpers.

Y aunque advirtió que no quiere ser parte de los argumentos políticos en torno a la soberanía, tiene una opinión formada. "Los dos países tienen explicaciones muy convincentes, pero el peso de la evidencia objetiva de las fuentes no interesadas me lleva a la inevitable conclusión de que las Malvinas son argentinas", sentenció.

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En el limbo

No sólo quiere vivir en la Patagonia. James Richards quiere ser argentino. Llegó al país con esa idea y desde hace tres años pelea por una ciudadanía que por ahora sólo es parte de sus sueños. Lo único que tiene es un "Certificado de residencia precaria" que debe renovar cada tres meses, para lo cual tiene que viajar casi 440 kilómetros desde Los Antiguos hasta Comodoro Rivadavia, muchas veces en invierno, a lo largo de las heladas carreteras de la Patagonia.

En 2014 decidió enviarle una carta a la presidente Cristina Kirchner, que el 14 de abril ingresó a la Casa Rosada. "Una y otra vez he completado los formularios y aplicaciones protocolares, pero no ha pasado nada, y no he recibido nada más que excusas, desinformación y más desinformación. Todo este proceso ha llevado tanto tiempo que mi pasaporte británico expiró, lo que me hace un prisionero virtual, debido a la exigencia de una identificación válida para viajar", escribió.

James Richards - primea parte

James espera que la ciudadanía no sólo le facilite la vida y le permita trabajar en blanco y acceder a un tratamiento médico, sino también poder viajar por el país y aceptar la propuesta de distintos centros de veteranos que lo han invitado a contar su experiencia. Es una prueba fehaciente de que el diálogo es posible.

Consultado sobre lo que le diría a la Presidente si tuviera la posibilidad de conversar con ella, contestó: "No quiero ninguna respuesta. No quiero saber por qué yo ni por qué ha sido tan difícil. Sólo me gustaría que proceda. Y que me digan, de una manera u otra, si voy a conseguir la ciudadanía en este país -en el que me voy a quedar-, o si voy a tener que seguir renovando el certificado que tengo cada 90 días". Y remató: "No vine aquí a representar a nadie. Vine aquí por amor, por una vida tranquila en un pequeño pueblo en la Patagonia. Sólo les pido que jueguen el juego, que sean justos conmigo".

* Colaboración: Adrián Bono – abono@infobae.com

Juan Pablo Parrilla

Infobae

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