Brasil le prohibió el ingreso a un buque de guerra británico
08/01/11- ClarinEl gobierno de Dilma le negó permiso al HMS Clyde para amarrar en Río.
En un gesto de clara sintonía con los pedidos argentinos, el gobierno de Brasil prohibió la entrada al puerto de Río de Janeiro de un buque de la armada británica, que viajaba desde las Malvinas. Así lo pudo confirmar Clarín de altas fuentes diplomáticas. En Buenos Aires, las autoridades se manifestaron por completo “satisfechas”, pero evitaron hacer declaraciones públicas que disgusten a Brasilia, en momentos en que se prepara la visita al país de Dilma Rousseff, del 31 de enero, para su primer encuentro como presidenta con Cristina Kirchner.
Según supo este diario, el buque en cuestión es el HMS Clyde, que se dedica al patrullaje marítimo en la zona del archipiélago que controlan los británicos. Si bien el gobierno de Chile sí le permitió permanecer en sus costas, los brasileños le dijeron esta vez que no, cuando Londres solicitó el permiso para que entrara a Río, en estos días de enero.
Clarín n o pudo confirmar más detalles del incidente.
Consultadas por este diario, fuentes de la embajada británica ante la Argentina señalaron que el Reino Unido “no” tiene “dudas” sobre “su soberanía” sobre las “Islas Falklands”, pero señalaron lo siguiente: “El gobierno británico respeta el derecho del gobierno brasileño a tomar esa decisión (la prohibición al Clyde). El gobierno británico mantiene una relación cercana con Brasil y tratado de cooperación en defensa que se firmó en setiembre es un buen ejemplo de la fortaleza de estos lazos”.
Esta es la primera vez que se registra un incidente concreto con un buque de las islas y Brasil. Desde Uruguay, ya se les ha prohibido dos veces a barcos de guerra británicos atracar en el puerto de Montevideo, en solidaridad con el reclamo argentino. Y la industria pesquera gallega denunció en 2010 que uno de sus buques con carga de las Malvinas debió desviarse a alta mar porque tampoco pudo atracar en la capital oriental. A su vez, se sabe que la Armada argentina busca cumplir a rajatabla el decreto presidencial 256 de febrero de 2010, que exige un permiso especial del Gobierno para todos aquellos buques que operen en aguas nacionales, y por lo tanto las de Malvinas, tal como figura en la Constitución.
Por otra parte, en lo que desde Malvinas se definió como un “serio” y “preocupante” golpe a la economía de las islas, se supo también que el servicio de transporte de containers que la South American Atlantic Services LTD (SAAS) cubre desde Malvinas a Río Grande, en Brasil, su crucial escala sudamericana, en su viaje hacia el mercado internacional, quedará suspendido a partir de junio. Ayer, uno de los directores de la compañía, Hamish Wylie, denunció ante la prensa isleña estar “convencido” de que ello se debía a “presiones” sobre sus socios para que la industria pesquera del archipiélago “no pueda desarrollarse en el futuro”.
El ejecutivo no lo dijo directamente. Pero la agencia Mercopress y el Penguin News especularon con que si bien la SAAS suspenderá el servicio por no poder cumplir con los volúmenes de carga, el hecho de que a las compañías que también operan desde Argentina lo sigan haciendo, demuestra que la situación se debe a la política de apoyo regional a los reclamos respecto a Malvinas. Vale recordar las últimas declaraciones del Mercosur y Unasur que llaman al diálogo argentino-británico por la soberanía de las islas, y condenan la exploración petrolera de firmas británicas como los ejercicios militares en la zona de disputa. A ello se sumó la decisión de la Unión de Naciones Sudamericanas, en noviembre de prohibir el atraco de barcos en sus puertos con la “bandera ilegal” de Malvinas, según el textual de la declaración.
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