jueves, 12 de junio de 2008

Hielos Continentales

http://www.clarin.com/diario/2008/06/09/elpais/p-01201.htm
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EL ACUERDO POR LOS HIELOS CONTINENTALES
Hace 10 años, el diálogo en el Parlamento le ganó al conflicto
Por: Alfredo Gutiérrez
Fue un diputado peronista el que, para graficar el rumbo tomado por el conflicto con el campo, construyó ante un grupo de sus pares la siguiente imagen: "Nuestro Gobierno, con la Presidenta a la cabeza, se metió dentro de una botella. Allí se infló y es muy difícil salir. La botella no se puede romper. Hay que buscar una salida, una forma de descomprimir esto..."Aunque son pocos los oficialistas que lo declaran pública mente (y de inmediato son echados del paraíso kirchnerista), la salida sería que por algún lugar se cuele el diálogo, la negociación, el acuerdo, un puente que permita desinflar el conflicto, atenuar los costos políticos y llegar al "país normal". Hay quienes aseguran que ese espacio puede ser el Parlamento.Hay antecedentes: fueron los legisladores los que, en diálogo con el Parlamento de Chile, encontraron una salida al conflicto con ese país sobre los Hielos Continentales.Conviene detenerse un poco en la historia. En 1991, los presidentes Carlos Menem y Patricio Aylwin firmaron un acuerdo para terminar con las peleas limítrofes. En 22 sectores no hubo problemas, el conflicto por la Laguna del Desierto fue sometido a arbitraje (el fallo fue favorable a Argentina) y quedó en pie, sin aprobarse, la cuestión de los Hielos: los legisladores se negaron a aprobar la "línea poligonal" propuesta por Menem, pese a los reclamos del entonces presidente. Un detalle: una de las que más criticó la poligonal y militó en contra del acuerdo fue la entonces diputada Cristina Kirchner y su gobernador de Santa Cruz, Néstor Kirchner. Todo estaba trabado.Hasta que el Parlamento se calzó los pantalones. Un grupo de diputados de todos los partidos comenzó gestiones para encontrar una solución. Había oficialistas y opositores: Fernando Maurette (PJ), Dante Caputo y Marcelo Stubrin (UCR), Rafael Flores (Frepaso) y el socialista Guillermo Estévez Boero. Y otro detalle no menor: debieron ponerse de acuerdo, dialogar, negociar, en momentos en que había una pulseada política importante con la naciente Alianza. Era 1997.En Diputados de Argentina, y en el Parlamento chileno, se acordó dejar de lado la poligonal y reemplazarla por la línea de altas cumbres divisorias de aguas. Los Congresos de ambos países acordaron, aun en contra de lo que habían definido los presidentes. Al final, Eduardo Frei en Chile y Menem aquí aceptaron retirar de los Congresos el tratado, se firmó uno nuevo, y el 29 de diciembre de 1998 fue aprobado por amplia mayoría. Tercer detalle: Néstor Kirchner no quedó conforme y Cristina votó en contra.La gestión mediadora del Parlamento fue la que contribuyó a la solución del problema político.Es más o menos lo que piden varios de los proyectos sobre el conflicto con el campo presentados en estos días: que el Congreso se convierta en un ámbito de diálogo y consensos, no sólo entre fuerzas políticas sino también con los sectores productivos. Que el tema de los derechos aduaneros sea aprobado por el Parlamento, tal como dice el inciso 1 del artículo 75 de la Constitución, que fue arrasado por los superpoderes. O crear por ley el Consejo Económico y Social, integrado por legisladores, funcionarios y sectores de la producción.Claro que aquella discusión, la de los Hielos Continentales, involucraba un interés nacional, lo que facilitó el entendimiento. Pero también fue necesario que gran parte del oficialismo se apartara de la obediencia ciega al Ejecutivo. Son escenarios diferentes. Pero el Parlamento demostró que puede convertirse en el ámbito de diálogo y consensos para superar conflictos como el del campo.

Otro año y van . . .



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Malvinas, otro año en veremos
Por: Agustín Romero Fuente: Profesor de Relaciones Internacionales, UBA.
Mañana, 10 de junio, es el día de la Reafirmación de los Derechos Argentinos sobre las Islas Malvinas, Islas del Atlántico Sur y Sector Antártico en recordación de la fecha en la que, en 1829, el Gobierno de Buenos Aires designó a Luis Vernet como el primer gobernador argentino en las Islas. Luego, en 1833, el Reino Unido de Gran Bretaña invadió el territorio austral y expulsó a las autoridades y a los pobladores argentinos y, de ahí en más, las relaciones bilaterales nunca fueron del todo normales. Al día de hoy, en efecto, las recurrentes negativas del Reino Unido a dialogar con la Argentina sobre la soberanía de las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur cruzan en forma transversal todos los temas de la agenda bilateral, imposibilitando que ambos países puedan desarrollar sus vínculos disminuyendo los puntos de conflictividad. A esto hay que sumarle los actos jurisdiccionales ilegítimos unilaterales del Reino Unido sobre el territorio en disputa, como la venta de licencias pesqueras y petroleras alrededor del archipiélago austral, la política restrictiva de vuelos hacia las islas, entre los más importantes. Es por todo esto que la Argentina denunció en el 2007 la Declaración Conjunta argentino-británica del 27 de septiembre de 1995, celebrada bajo fórmula de salvaguardia de soberanía, sobre "Cooperación sobre Actividades Costa Afuera en el Atlántico Sudoccidental". Esa Declaración se refería a la exploración y explotación de hidrocarburos en el área sujeta a la disputa de soberanía. Nuestro país aumentó la apuesta para defender la soberanía sobre los recursos australes cuando el Senado convirtió en ley un proyecto que modifica la Ley de Pesca y que ubica como infractores a quienes operen con el permiso de los isleños pero sin el permiso argentino.Sin embargo, lo más lamentable fue suspender en 2003 la Reunión de Consulta Bilaterales Políticas de Alto Nivel. Estas situaciones no ayudan a la construcción de una agenda bilateral positiva. Es por todo que nuestro país reitera que se debe seguir con lo establecido por distintas resoluciones internacionales, las cuales instan a reanudar las negociaciones a fin de encontrar una solución pacífica a la disputa.